Los laboristas británicos incluyen en su programa el desarme nuclear unilateral
El desarme nuclear unilateral y el cierre de todas las bases con armas atómicas -incluidas las norteamericanas- en el Reino Unido serán uno de los puntos fundamentales del manifiesto con que el Partido Laborista británico acudirá a las próximas elecciones generales. Así lo decidió, por primera vez en la historia, el congreso laborista reunido en Blackpool. El congreso rechazó, sin embargo, por una abrumadora mayoría, la salida del Reino Unido de la OTAN.
Es ésta la primera vez que el desarme nuclear unilateral recibe el voto positivo de más de los dos tercios del congreso, necesarios para su obligada inclusión en el próximo manifiesto electoral. La resolución pedía este desarme, la cancelación del programa de submarinos nucleares estratégicos Trident -que han de reemplazar a los actuales Polaris- y el cierre de las citadas bases. La Ejecutiva nacional del laborismo se pronunció en contra del despliegue de misiles de crucero.Tres años atrás, esta resolución mandatoria hubiera resultado difícil de creer. Hoy, el movimiento antinuclear está firmemente establecido en el laborismo. Quizá tuviera razón el presidente del partido al asegurar ayer que "el desarme nuclear es el tema que más une al movimiento laborista". Las palabras del líder, Michael Foot, encontraron eco. La derecha -especialmente el líder adjunto, Denis Healey- del laborismo sufrió un revés importante.
"La experiencia ha demostrado", manifestó la Ejecutiva en su informe, "que no puede lograrse el desarme nuclear multilateral generalizado únicamente por medio de acuerdos internacionales perfectamente simétricos y equilibrados". Los laboristas consideran que es necesario este desarme unilateral para dar un mayor ímpetu a este movimiento a nivel internacional. Se proponen coordinar esta acción con sus colegas de la Internacional Socialista para llegar a lograr el establecimiento de una "zona europea desnuclearizada".
Los laboristas pretenden, pues, ir hacia una defensa convencional, pero reduciendo los gastos militares. Esta nueva política defensiva debería venir acompañada de una conversión de parte de la industria armamentista en una industria manufacturera de "productos socialmente útiles", sin pérdidas de puestos, de trabajo.
El congreso laborista aprobó asimismo -por una escasa mayoría, lo cual no la hace mandatoria- una resolución que pedía el cierre de todas las bases -no sólo las nucleares- de Estados Unidos en el Reino Unido y la nacionalización -bajo control sindical- de, la industria británica de armamentos.
No obstante, rechazó la pro puesta de que el Reino Unido se saliera de la OTAN. Después de todo, fueron los laboristas los que, en 1949, impulsaron la creación de la Alianza Atlántica. En este debate dominado por los antinucleares hubo escasas referencias a la guerra de las Malvinas.
En política exterior, el congreso laborista, en contra de las más moderadas recomendaciones de la Ejecutiva, aprobó una resolución de emergencia sobre la matanza de Beirut. En ella se pide el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como la única representante legítima del pueblo palestino y el apoyo laborista a la creación de un Estado secular y democrático de Palestina. El congreso solicitó una investigación internacional sobre "los crímenes de guerra" israelíes en el Líbano.
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