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El 28 de octubre, elecciones legislativas

Santiago Carrillo inicia su campaña con la visita a la fábrica Pegaso, un feudo de Comisiones Obreras

Santiago Carrillo llegó ayer a las 10.30 horas a la fábrica Pegaso, vestido con un impecable traje azul, corbata del mismo tono y mocasines negros, más delgado que de costumbre y sin su habitual pitillo, que alterna entre la mano izquierda, al encenderlo, y la comisura del labio, cuando está mediado. Era una visita preelectoral fácil, a una fábrica de la que siempre han salido, voluntarios, los miembros de su servicio de seguridad, desde la época de la clandestinidad y la peluca, y en la que de 5.400 trabajadores, 2.200 están afiliados a Comisiones Obreras (CCOO), sindicato mayoritario en el comité de empresa, y 250 al PCE.

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Tenía que haber visitado la Talbot el día anterior, pero una ruptura de las negociaciones del convenio colectivo hizo a sus asesores considerarlo inoportuno. Por eso estuvo en la Empresa Nacional de Autocamiones, Sociedad Anónima (ENASA), que fabrica los camiones Pegaso y acaba de "sacar un poco la cabeza de debajo del agua", según explica a Carrillo su presidente, Federico Sotomayor, gracias al contrato con los egipcios, firmado a -últimos de agosto, la operación exportadora más importante que España ha realizado.Cuando Carrillo, flanqueado en todo momento por el secretario de CCOO de la fábrica, escolta, algún miembro de seguridad y varios militantes de su partido, entra en la rebarba de fundición ya ha encendido el pitillo. Ha pasado por montaje casi inadvertido - "Aquí deben ser de UGT, pero en la sección siguiente tenemos por lo menos mil votos", comenta alguien del séquito -, y para cuando llega al almacén de piezas terminadas ya le han pedido que se acuerde de la colza y que "ponga verde esta noche a Fraga", en su intervención televisiva. "A Fraga le puse verde antes de ayer por la radio", dice el secretario general del PCE, "pero lo de televisión ya está grabado, porque lo hicimos todos el mismo día".

Leña a Fraga

No hay sección por la que pase en la que no le hablen, antes que del paro o del trabajo, de la televisión: "que le dé leña a Fraga", "que le dé donde le duela". El explica una y mil veces que eso ya está grabado, pero que el viernes van todos al programa La Clave y ahí se va a enterar. Y hace gestos con las manos reiterándolo, mientras les dice a los obreros en voz no muy alta, como si no quisiera que lo oyeran más que ellos, que "Fraga se va a los mercados a ver a las señoritas, pero yo vengo a las fábricas a ver a mis compañeros".

Luego comenta que han buscado con intención las entrevistas televisadas de cada líder político: "Suárez salió después de un programa de magia; Fraga, después de 300 millones; yo, después de una película de miedo; cuando la gente esté asustada, entonces salgo yo; Felipe saldrá después de Cosmos y Landelino, cuando termine Un, dos, tres".

A media mañana Santiago Carrillo fuma ya imparablemente, mientras estrecha manos tiznadas y da pequeños consejos en tono paternal: "Vosotros, mientras más dificultades, más fuertes"; Ia vida es luchar". Saca entonces un encendedor Dupont de oro en el que confluyen varios pares de ojos. El secretario general del PCE se encoge de hombros en un gesto asi exculpatorio y explica rápidamente que "la Televisión nos ha regalado a todos un mechero, para que prendamos fuego al país".

Los compañeros de Comisiones quieren que el secretario del PCE diga unas palabras, en las cadenas de montaje. "Cuando está claro que los compañeros del PSOE van a ser el partido más fuerte, "hay que asegurar el voto útil al PCE para que lleve la lucha en la calle a la izquierda del PSOE y exigir que se cumplan las promesas".

El gran gesto de la mañana lo tiene Carrillo en la nave de prueba del motor, a la que los trabajadores llaman celda. Alguien le presenta a un obrero, como si enseñándole a un niño que ha hecho algo malo, pero que puede obtener el perdón si entona el mea culpa. El trabajador le sonríe y grita ¡Viva Santiago! :"Santiago, a ver si arreglamos este país ahora y a ver cómo te portas en las Cortes, que voy pallá y me cago en la leche puta. Acuérdate de mi sueldo o ...". Mientras termina su retahila, un miembro de la comitiva explica que "éste es uno de los que eran renovadores y se fue del partido, tuvo un bache ahí... Pero está integrado, sigue trabajando y, ya ves, ha gritado ¡Viva Santiago!". Quizá por lo intenso del momento, Carrillo no se da cuenta de que, en una máquina enroscadora, un hombre se lava la mano sin que llegue a tener la oportunidad de estrechar la del líder comunista.

Antes de ver al comité de empresa y charlar con los miembros de UGT, el presidente de ENASA ,le invita a café, "solo, porque soy alérgico a la leche. Es una de mii manías". Está ya muy avanzada la mañana y Santiago Carrillo se queda discutiendo la conveniencia de que la empresa venda los camiones Pegaso a países como Irak "o a otros en los que nosotros podríamos influir".

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