Raquel Meller
lo hizo popular en la segunda década de este siglo, cantando en él temas como El relicario y La violetera. Era -y es- el salón Arnau del Paralelo barcelonés. La nostalgia se había hecho profunda añoranza, porque durante los últimos años aquel centro de la música popular y del teatro castizo se dedicaba al cine. El pasado lunes resucitó, para revivir viejas glorias, con un espectáculo de music hall con el que recupera una tradición de revista picante y musical truncada hace cuarenta años. Antes de empezar el espectáculo, el periodista Angel Zúñiga recordó lo que fue el Paralelo en la vida alegre de la Barcelona de antaño y el papel central del teatro Arnau en este pasado jolgorio, expresión de una profunda alegría de vivir. En. la platea del Arnau, abarrotada de estrenistas, estaban, entre, otras, figuras de la variedades como Carmen de Lirio y Fernanda del Valle, una vedette que debutó en el citado local en 1920 y que hasta hace un año ha sido la propietaria de El Molino, el escenario de music-hall con más solera de la capital catalana. El espectáculo terminó con un homenaje a la bella Dorita, también presente, y con un recuerdo musical a Raquel Meller a la que se dedicó la apoteosis final. El espectáculo fue desigual y kilométrico. El cansancio y el fuerte ritmo de los últimos ensayos provocó, en un momento del show la caída de una chica del coro sobre el foso de los músicos. El espectáculo quedó paralizado durante unos quince minutos. La caída fue aparatosa pero no tuvo consecuencias graves ni para la artista accidentada, ni para el músico sobre el que cayó, ni para el público.
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