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Graves discrepancias en el Gobierno británico sobre un proyecto de reducción del gasto público

El Gobierno conservador británico que preside Margaret Thatcher está profundamente dividido sobre la aprobación de un proyecto de sustanciales recortes presupuestarios, que tendría como consecuencia la reducción del papel del Estado providencia, instituido en el Reino Unido desde el fin de la segunda guerra mundial, según la información publicada el pasado viernes por el semanario The Economist.Las propuestas, elaboradas por una comisión de expertos nombrada por el Gobierno, van dirigidas a disminuir o congelar los gastos del Estado durante la presente década en los cuatro sectores que resultan más gravosos para la economía nacional: seguridad social, educación, sanidad y defensa.

Según The Economist, estas propuestas habrían sido ya aprobadas por el ministro de Finanzas, sir Geoffrey Howe, pero su discusión en el Consejo de Ministros del pasado día 9 habría dado lugar a un serio enfrentamiento entre moderados y duros en el seno del Gobierno.

Por otra parte, la publicación por parte del semanario citado de algunas de estas propuestas de carácter confidencial amenaza con suscitar una viva polémica entre los partidos políticos dos semanas antes de la reanudación de las tareas parlamentarias en octubre, tras la pausa veraniega. Muchos parlamentarios ya han solicitado que el Gobierno revele todos los detalles del proyecto.

Recortes sociales

Si el Gobierno de Margaret Thatcher quiere verdaderamente reducir los gastos públicos, hace constar la comisión que ha elaborado el proyecto, es preciso considerar soluciones radicales dirigidas a reducir las cargas en los cuatro sectores que resultan más onerosos para el presupuesto nacional. Los gastos de la seguridad social ascienden actualmente a 33.000 millones de libras esterlinas (5,37 billones de pesetas), a 17.000 millones (3,18 billones de pesetas) el presupuesto de sanidad, el de educación a 15.000 millones y a 14.000 millones de libras esterlinas los gastos de defensa.La comisión sugiere que, en educación, los recortes presupuestarios sean hechos, principalmente, en el financiamiento de los estudios universitarios, de forma que sean los propios estudiantes los que se costeen sus estudios. Para la seguridad social, propone importantes ahorros si los subsidios de desempleo dejan de ajustarse a los índices de inflación, mientras que, en lo referente al sector sanitario, sugiere la sustitución del Servicio Nacional de la Salud por un sistema similar al vigente en Estados Unidos. Por otra parte, la comisión recomienda congelar los gastos militares a partir de 1985-1986.

Política fiscal

La comisión subraya que, en el contexto económico actual, el Gobierno destina cada año casi el 45% del producto interior bruto a gastos públicos.El canciller del Exchequer (ministro de finanzas), Geoffrey Howe, ha prevenido a los restantes miembros del Gabinete que, de no efectuar estas reducciones, el nivel de gasto actual tendría serias consecuencias sobre la política fiscal del Gobierno.

Geoffrey Howe, según The Economist, añadió que, si los gastos del Estado continúan al ritmo actual y la situación económica por la que atraviesa el Reino Unido no mejora, el Gobierno se verá obligado emplear presupuestariamente prácticamente el 60% del producto interior bruto, de aquí a los años noventa.

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