_
_
_
_
_
La catástrofe área de Málaga

Es probable que el avión de Spantax iniciara el vuelo

Según todos los indicios el DC-10 de la compañía Spantax siniestrado el lunes llegó a iniciar el vuelo, pese a las informaciones en contra dadas por la compañía. La hipótesis del vuelo que ha podido realizar EL PAIS, de acuerdo con los datos que obran en poder de este periódico, parece confirmar que el avión llegó a despegar antes de desplomarse sobre la carretera de Málaga a Cádiz.

Más información
El DC-10 siniestrado, adquirido de segunda mano en 1978, posee una larga historia de incidentes

La pista del aeropuerto de Málaga tiene una longitud de 3.150 metros. El punto de V-1, o punto de no retorno, está situado a los dos tercios de dicha longitud, es decir, a los 2. 100 metros del comienzo de la pista. Antes de alcanzar dicha distancia, el piloto puede intentar abortar el despegue. Superado dicho punto, el piloto está obligado a sacar el avión al aire.Pero desde el punto de no retorno hasta el final de la pista quedan aún 1.050 metros, es decir, algo más de un kilómetro. Según las normas de seguridad, en el 60% de dicha, distancia -unos seiscientos metros-, el piloto debe poder detener el avión a base de utilizar exclusivamente los frenos mecánicos. Le quedan aún al piloto la poderosa ayuda que ofrecen los motores al invertir su sentido de marcha, así como los frenos aerodinámicos.

Más allá del final de la pista quedan aún más de trescientos metros de terreno hasta llegar a la carretera. En dicho espacio, de suelo de tierra, con matojos, están instaladas las luces de aproximación, que ayudan al piloto en su acercamiento a la pista. Al final, una tela metálica separa Ios terrenos del aeropuerto de Ia carretera general.

La velocidad de despegue del DC-10 siniestrado oscilaba alrededor de los trescientos kilómetros por hora. Esta cifra varía en función de la carga que lleva el avión, del estado climatológico y de algunos factores más, pero no sustancialmente.

Todo ello quiere decir que dicho avión tenía teóricamente casi un kilómetro y medio para pararse desde el punto de no retomo o V-1. Teniendo en cuenta que la velocidad de despegue es de unos trescientos kilómetros por hora -y, según fuentes de Spantax, el avión no llegó a despegar-, es muy difícil imaginar que un avión, con sus potentes elementos frenantes accionados al máximo de su potencia, no pudiera detenerse.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pese al elevado peso del avión, cargado con casi cuatrocientos pasajeros, pero sólo con dos tercios, aproximadamente, de la carga de gasolina, una distancia de un kilómetro y medio es teóricamente más que suficiente para frenar un avión cuando su velocidad ronda los trescientos kilómetros por hora.

En función de todos esos datos, lo más probable es que el avión emprendiera el vuelo. Posteriormente, habría caído de nuevo sobre el suelo de la pista, para continuar, con las ruedas del tren delantero levantadas, rodando sobre la pista hasta salirse por el final de la misma, cruzar el campo de remolachas que hay después, atravesar la tela metálica que cierra las instalaciones del aeropuerto, cruzar la carretera general Málaga-Cádiz y terminar su carrera en los viñedos que hay más allá.

El choque contra la caseta

Parece confirmar esta hipótesis, además, el hecho de que chocara con su ala derecha contra una caseta que estaba fuera de la pista, según información facilitada por la propia compañía.

Según esta hipótesis, el avión probablemente había emprendido el vuelo. Instantes después del despegue acaso sufrió un problema con el motor situado en el ala derecha. Debió girar entonces violentamente hacia ese lado, al tiempo que el ala se inclinaba rápidamente. Posteriormente, dicha ala golpeó contra la caseta antes del desplome final contra la carretera, que atravesó, para ir a parar a un vivero situado al otro lado de la misma.

A uno o varios fallos mecánicos del avión se habría unido, según esta hipótesis, un fallo del piloto, porque el avión debe estar en condiciones de seguir el despegue pese a que se pare repentinamente uno de sus motores. Precisamente, ésa es una de las pruebas que se hacen periódicamente a los pilotos en los exámenes que tienen que superar para -mantener su licencia de vuelo. El avión y el piloto deben estar en condiciones de mantener un despegue, incluso cuando uno de los motores se pare en el preciso momento de salir al aire.

Las informaciones facilitadas por Spantax, en las que se asegura que el avión no llegó a volar -pese a que la propia compañía afirma que no se puede concluir nada respecto al accidente-, podrían tener su base en el interés por parte de Spantax de eximir al piloto de cualquier posible -responsabilidad en el accidente.

Según fuentes consultadas por EL PAIS, un fallo humano, un error del piloto, podrían ser motivos suficientes para que la compañía aseguradora del avión no pagase la indemnización prevista. Esta solamente se pagaría en el caso de que, al final de la investigación abierta para esclarecer los hechos, el resultado dejase fuera de toda duda que el accidente se debió únicamente a fallos técnicos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_