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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Turismo por España

Acabo de hacer una pequeña gira turística de una semana y quiero comunicarle algunas de mis impresiones.Recorrí parte de Galicia, Portugal, Castilla, León Y Asturias.

El viajar rejuvenece el espíritu y enriquece la personalidad. El que nunca salió de su pueblo queda atrofiado de mente, encogido de corazón y corto de visión.

Y se puede hacer con un Dyane 6 y 15.000 pesetas, si llevas la comida. Los dos jóvenes alemanes que llevé de Guarda a Ciudad Rodrigo lo hacen a dedo y con un saco de dormir. En años anteriores ya visitaron por este sistema Grecia y Egipto.

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Contemplas paisajes preciosos, como el desfiladero de Sil, el valle del Támega, la subida a Torre de Moncorvo y el impresionante descenso al Duero -ya Douro- por Pocinho (Guarda), el increíble santuario de la Peña de Francia, el encanto de la vega del Tormes, los cielos nítidos de Castilla, la sorpresa del embalse del Porma, en la subida de Cistierna a Asturias por Boñar, la grieta del río San Isidro, en la bajada hacia Mieres y la maravilla continuada del litoral asturiano.

Por muy poca sensibilidad que tengas para la historia y el arte, ¿cómo no sentir emoción ante el castillo de Verín o el de Braganza, las catedrales de Ciudad Rodrigo, Salamanca y Avilt?, etcétera.

Pero, a no ser que seas una mula de circo o un buro de carga, lo mejor del viaje será el encuentro con otras gentes. Y verás que no es verdad lo que te dicen muchas personas envejecidas prematuramente: que ya no se puede salir de casa, que no hy más que ladrones y terroristas. Yo, al menos, no me encontré con ninguno. Y sí con cantidad de gente amable y atenta: gallegos, portugueses, castellanos, leoneses y asturianos, con un grupo de vascos en Avila y varios alemanes, franceses e ingleses, incluso -quién me lo iba a decir- pude refrescar mi tagalo con dos filipinos: uno en Salamanca y otro en Avila.

Finalmente, reflexionas si quieres y sabes. No te faltará tiempo y motivos. Por ejemplo, que el sol, los ríos y los niños no distinguen límites de provincias, naciones o nacionalidades. Que de poco te vale tener mucho idioma propio, autonomía o independencia, si no tienes también carreteras decentes, montes sin quemar, gentes cultas y adultas.

Que la grandeza de España, como de cualquier otro país, consiste en la variedad de sus gentes, paisajes, lenguas y culturas. Y que

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