_
_
_
_

Aplazada hasta después de las elecciones la visita de Juan Pablo II, que mantiene el itinerario previsto

El Papa Juan Pablo II ha decidido aplazar su visita oficial a España para después de las elecciones generales, al tiempo que mantiene íntegramente el itinerario previsto en un principio. El Pontífice llegará a Madrid el día 31 de octubre por la tarde o el 1 de noviembre por la mañana, y saldrá de Santiago el día 9. Con esta comunicación oficial, realizada por Gabino Díaz Merchán, en presencia del Nuncio de la Santa Sede en España, se pone fin a las especulaciones que han proliferado estos días, alimentadas con el hermetismo de las jerarquías eclesiásticas.

Más información
La tortuosa historia de un viaje largamente anunciado

La comunicación oficial se produjo ayer en la sala de llegadas internacionales de Barajas, a las 12.30 horas. El Rey y el Gobierno ya lo sabían desde la tarde anterior. Y hacia la Moncloa se dirigieron los tres mensajeros para comunicárselo a Calvo Sotelo de viva voz"No ha habido problemas con el Papa, quien ya era consciente de las complicaciones que rodeaban su viaje. No se ha contrariado por el retraso, ya que su deseo era no interferir en el proceso electoral", decía Gabino Díaz Merchán, cuyo rostro no podía ocultar la alegría por el final de la complicada gestión realizada.

A la pregunta de si la solución final coincidía con la propuesta que llevaban los representantes de la Conferencia Episcopal a Roma, respondía su presidente con un .plenamente", matizando a continuación que también eran portadores de otras hipótesis, con sus pros y contras. Aunque no era fácil deducir de la críptica nota publicada al final de la reunión de la Comisión Permanente, el sábado pasado, qué es lo que habían decidido los obispos, parece que pronto se pusieron de acuerdo en cuatro puntos: que el Papa tenía que venir; que tenía que recorrer el itinerario previsto; que no se podía aplazar el viaje indefinidamente, y que había que hacerlo cuanto antes.

Con estos acuerdos se desechaba la posibilidad; defendida por el cardenal de Barcelona y el arzobispo de Pamplona, entre otros, de un recorte sustantivo. Esa solución provocó el natural disgusto en los prelados que se quedaban de momento sin viaje. Tampoco podía interesar a Juan Pablo II, que confiere a sus viajes una espectacularidad que, con las rápidas visitas a Avila y Segovia, quedaría muy mermada. Adelantar el viaje, amén de no solucionar los problemas políticos que se querían evitar, chocaba con la cargada agenda del Papa y con graves dificultades técnicas. No había más salidas que la de mantener las cosas como inicialmente estaban o posponer el viaje.

A juzgar por las declaraciones previas a la reunión del sábado, que debía proponer una solución, la mayoría se inclinaba por el mantenimiento a toda costa, argumentando que el cariz pastoral del viaje no tenía por qué interferir en una tarea tan temporal como la campaña electoral. Fue este un argumento abundantemente barajado por numerosos prelados eclesiásticos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Por el aplazamiento sólo se habían manifestado dos voces, las de Alberto Iniesta y la del obispo de Almería, pero se notaban importantes silencios, como el del cardenal de Madrid, cuya palabra sin duda pesó en el debate de la Comisión Permanente, al igual que la del presidente y secretario de la Conferencia Episcopal. La mayoría de los reunidos se decidió a favor de un ligero aplazamiento, aunque no parece que esa postura fuera unánime. De ahí el interés de Díaz Merchán en precisar que la decisión de Juan Pablo II coincidía plenamente con la de los obispos, pero que sus mensajeros también le expusieron otras salidas.

El Banco de Santander, contra el aplazamiento

Con este anuncio oficial sé pone fin, igualmente, a todas las presiones que en un sentido u otro se han ejercido sobre los obispos. La última conocida son sendos telegramas enviados por Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, y su hijo, Botín Ríos, dirigidos al presidente de la Conferencia Episcopal, que dice: "Respetuosa mente, expongo mi grave preocupación por posible aplazamiento o acortamiento próximo viaje su santidad Papa". Telegramas que Comisiones Obreras de la Banca en Madrid denuncian, ya que "de muestran hasta qué punto sectores financieros juegan a influir en los acontecimientos religiosos".

A la pregunta de si los obispos habían obtenido de Felipe González, con quien se vieron el pasado viernes, todas las garantías para la celebración del viaje, caso de una victoria socialista, Díaz Merchán replicó que "es normal que se tengan ese tipo de contactos con líderes políticos. Es un proceder que debemos seguir manteniendo".

Los diecisiete días de aplazamiento no tendrán por qué alterar la estructura de los nueve días de viaje, inicialmente programados. El itinerario seguirá siendo Madrid, Avila, Alba de Tormes, Salamanca, Monserrat, Barcelona, Loyola, Javier, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Granada, Guadalupe, Toledo, Segovia y Santiago de Compostela. Sólo se introducirán los retoques técnicos imprescindibles, salvando la estructura: "Si a Barcelona estaba programado que fuera un domingo, pues se tratará de que vaya en domingo", decía el prelado español.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_