El ministro no presiona

Las afirmaciones que se contienen en la crónica política publicada ayer en EL PAIS relativas a mi persona me obligan a rectificar algunos extremos, por cuanto entiendo que en la misma se confunden meras suposiciones con la realidad de los hechos.El consejo político de UCD de Zamora, en su reunión del domingo, se manifestó inequívocamente en el sentido de acatar de antemano la decisión que adopte el Consejo Ejecutivo Nacional en el tema relativo a coaliciones. Esto, en condiciones normales, resultaría obvio, pero los miembros del consejo provincial entendimos conveniente hacer expresa la voluntad de no condicionar en absoluto el acuerdo que se adopte por la cúspide del partido. Tal vez la necesaria síntesis periodística suministrada por la agencia Efe haya podido inducir a error, pero quiero reiterar, tal y como hice en conferencia de Prensa, que la libertad reconocida al Comité Ejecutivo Nacional se refería tanto para coaliciones con unas u otras fuerzas políticas como para la concurrencia en solitario.

Este criterio del comité ejecutivo provincial es, por otra parte, plenamente coherente con la explicación que hice en la conferencia de Prensa, y que el periódico reproduce, en el sentido de que UCD está en condiciones de disputar el sector de votantes con ideología de centro y que mi partido en Zamora concurre a estas elecciones con perspectivas favorables, haciéndose, en consecuencia, innecesaria una coalición por estrictas razones de aritmética de voto.

Por último, además de desmentir que yo estoy presionando a favor de una determinada coalición -porque la técnica de la presión no forma parte de mis hábitos en política-, quiero manifestar expresamente mi profundo rechazo a que mis relaciones de amistad personal con el presidente del Gobierno se utilicen para suponer que cualquier postura política propia esté inspirada por el jefe del Ejecutivo. Cosa que considero aún más grave cuando, como en este caso, se trata de suposiciones carentes de fundamento. /

Ministro de Obras Públicas y Urbanismo.