Críticas a la actuación de la Embajada española en Beirut durante la invasion israelí
La actuación de'la Embajada de España en Beirut a lo largo de los tres meses de guerra palestino-israelí, calificada de "valiente" por un portavoz de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores (OID), ha sido penosa y deploraWe en opinión de parte de la colonia española residente en Líbano.El embajador de España, Joaquín Castillo, que pide ser, llamado marqués de Jurarreal, cerró apresuradamente la embajada de España el miércoles 9 de junio, tres días después dp que se iniciara la invasión israelí de Líbano y cuando el barrio en el que se encontraba, Ramlet el Baida, en el sector occidental de la ciudad, no estaba aún amenazado por los bombardeos del Tsahal, el ejército de Israel, que acabaron por dañarla muy seriamente.
La cancillería quedó instalada en la residencia del embajador, en la zona Este controlada por las Fuerzas Libanesas (milicias cristianas unificadas), aliadas de Israel, pero el traslado sólo se hizo público cuatro días más tarde, mediante un anuncio en la Prensa.
Durante cuatro días, mientras se estrechaba el cerco israelí de Beirut Oeste y se intensificaban los bombardeos, la colonia española ignoró, por lo tanto, cual era el nuevo emplazamiento de su embajada a la que algunos de sus miembros deseaban dirigirse para pedir su repatriación a España.
La mayoría de las embajadas occidentales acabó también por cerrar sus puertas en Beirut oeste pero antes de interrumpir por completo sus actividades se trasladaron provisionalmente, si se encontraban en una zona expuesta, a los locales de la compañía aérea del país que se tratara o alquilaron un piso o habitaciones en un hotel, in el mismo sector occidental de la ciudad en manos de los pálestinos, para no dejar desantendi da a su colonia y para permitir a todos aquellos, libaneses y palestinos, que no, podían cruzar al sector Este, obtener un visado para salir del país.
Un centro desaprovechado
España posee en Beirut Oeste un centro cultural sitpadótm el primer piso de un edificio sólido ubicado en el barrio de Hamra, que sólo fue bombardeado mes y medio después de iniciada la invasión, a principios de agosto. Pero el centro cultural español no sólo no sirvió para albergar a la represeintación diplomática española sino que algunos españoles residentes en barrios castigados no fueron autorizados a alojarse allí ni siquiera temporalmente.
El centenar de españoles residéntes en Beirut Oeste -cerca de doscientos en todo Líbano- se sentían mas protegidos cuando el anterior embajador, Luis Jordana de Pozas, estuvo al frente de la embajada de España en años anteriores.
El domingo 13 de junio apareció, por fin, en el diario libanés francófono L'Orient -Le Jour, leído por la comunidad extranjera, un anuncio en el que figuraba la nueva dirección de fa embajada española y se encarecía, a los "nacionales resid9ntes en el país y que deseen abandonarlo que se pongan en contacto con la (nueva) cancillería".
La embajada de España fue la última de un país occidental en publicar tal anuncio y en vez de hacerlo, como los demás, en primera página del rotativo lo hizo en la segunda. La diferencia de tarifa entre su publicación en un lugar destacado o en páginas interiores es de 3.000 pesetas.
El anuncio tenía que encargarse en la sede del rotativo, en Beirut oeste, a dónde no se desplazó ningún miebro de la embajada española, todos refugiados en el Este, por lo que fue entregado por la corresponsal de la agencia EFE en la capital libanesa, que abonó asimismo el importe de la comunicación a la colonia española que le fue devuelto posteriormente.
Cruce indebido de la frontera
Dos diplomáticos españoles acreditados en Líbano, José María Ferrer, primer secretario, y Antonio Busets, agregado comercial, cruzaron, por otra parte, el viernes 30 de julio la frontera libano-israelí al sur de Tiro para averiguar cuáles eran las formalidades necesarias para pasar un fin de semana en el Estado hebreo. Informados por los funcionarios israelíes de que el visado era tolocado en una hoja volante y, por lo tanto, no figura en el pasaporte ambos diplomáticos manifestaron su intención de efectuar un viaje turístico a Israel.
El cruce de la línea de separación entre Israel y Líbano por dos representantes del Estado español supone una violación de la legalidad libanesa que mantiene el cierre de esta frontera desde 1948.
Casi todos los gobiernos occidentales recordaron a sus diplomáticos en Líbano que no podían salir del país vía Israel y que tampoco podían desplazarse a aquel país desde territorio libanés.
Preguntado por EL PAÍS, un portavoz de la OID precisó que el ministerio de Asuntos Exteriores español "no había considerado necesario advertir a nuestros diplomáticos en Líbano porque al no mantener España relaciones diplomáticas con Israelera obvio que no estaban autorizados a cruzar esa frontera".
Varios responsables palestinos y altos funcionarios libaneses compararon ante este enviado especial, durante su estancia en Líbano, el papel prácticamente insignificante jugado por la embajada de España en. Beirut durante esta crisis, sobre todo en comparación con la brillante actuación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del representante español, Jaime de Piniés.
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