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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El águila bicéfala

Vuelve uno de la cosa estival esperando que Madrid sea, por fin, un castillo famoso, esperando que las gentes hayan abandonado el cheli y hable ya todo el mundo como un bando de Tierno, vuelve uno a Madrid como a una de las ciudades imaginarias de Italo Calvino, y lo que encuentra, supera toda maravilla, todo Calvino, todo Tierno, todo bando, todo cuyo: Madrid es un águila bicéfala Lavilla/Calvo Sotelo. Elecciones anticipadas.Y digo Madrid porque no sé si decir el Gobierno, la UCD, el Centro, Arlabán o cómo. La cosa, según la "memoria histórica" de Josep Pla (admirablemente estudiada por Castellet en libro de reciente traducción: Península), sería así: quitan a Suárez para poner a Calvo Sotelo, que ofrece una imagen más euromarengo; dado que Calvo Sotelo se va mineralizando, estilizan al presidente en Landelino Lavilla, que es lo que han hecho en Estados Unidos con Reagan/Marilyn: "Ya que Reagan es invendible, vendámosle como Marilyn Monroe", dijo el Rafansón de la Casa Blanca. Y se sacaron que hacía veinte años, o sea del suicidio, pero sin poner suicidio. "Ya que Calvo Sotelo es invendible, véndanlo ustedes como Landelino Lavilla", parece que les dijo un fabricante USA que andaba en la cosa de los F / 18, con o sin corretaje. Así lo hicieron, mientras yo corría por los veranos en el citroën viejo que pilota descalza mi sobrina Carola. Calvo Sotelo pasa a reina madre. Landelino Lavilla va perdiendo esa cosa marfileña y nacarada del mucho leer la Nácar/Colunga, y comienza a perfilarse como el Litri procesal de los políticos peatonales que aún vimos al Litri recibir un día, si Vidal me lo permite:

-Lo de Fraga es una utopía.

Entre novillero de Dios y dialéctico del toro, desmonta la formidable y espantosa máquina de la mayoría natural, ay negro toro de pena, ay blanco muro de España. Pero a don Leopoldo le va Fraga, dicen, o sea que le fraga Fraga (de fragancia), y ya tenemos montado el muñeco, o sea, el bicefalismo, o sea el águila bicéfala. La ucedé de dos cabezas. ¿Y el Gobierno y la cosa? Estas son las fechas en que llueve en mi jardín, Carola se ha ido en improbables Talgos y el bicefalismo Lavilla/Calvo Sotelo podría acuñar moneda, que águila bicéfala ya tienen y, en octubre, un denario puede ser un. voto. Ahora todos los analistas hablan mucho del bipartidismo como cosa cochina de nuestra política. Yo tengo hablado del sagastacanovismo. Pues el bicefalismo es igual, sólo que todo lo contrario. Dos señores que gobiernan juntos, pero no se hablan, como quien dice, y miran cada uno para su lado. La hipótesis estival de trabajo era que Lavilla reciclase UCD, recondujese el partido, estilizase la. cosa. Yo le creí capaz: después de Don Tancredo, el Litri vale por Manolete. Pero no contaban con el goteo preotoñal del Duque, las cuatro gotas que lloran sobre los violines y los violones de un otoño previo y sobre el piano en llamas que compré este verano (cinco mil púas). Ni Lavilla contaba con las relaciones peligrosas de don Leopoldo y Fraga Iribarne, pasión impávida del presidente, duramente contenida por sus bañadores de franela absoluta. (Parecía un personaje de Galdós en balandro.) Ni el presidente contaba con que su delfín iba en serio. Les pasó igual con Suárez a los movimentistas:

-Que este chico mueva un poco el Movimiento, que es de la casa.

Y se llevó hasta las flechas, como un Cupido balilla que iba para Adonais furiosamente demócrata, sin haber leído a Shelley. Ahora, Lavilla, cree de verdad en el centro, el cambio y la democracia (o se compromete mucho cuando habla). Pasa siempre con los delfines. En la Historia y en el callejero. Hasta Cristino Mallo les ha hecho un monumento en Madrid. Nos quedan dos meses de águila bicéfala, de partido -¿Gobierno?- con dos cabezas incompatibles. Es como lo del poder fáctico y el poder civil, que algunos enterados todavía manejan suasoriamente. Las dos cabezas del águila imperial miraban a derecha/izquierda por abarcar el mundo. Aquí es que ni se hablan.

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