La patronal catalana pide a los partidos políticos su programa económico, a través de un cuestionario exhaustivo
Ante las crecientes posibilidades de que las elecciones generales se adelanten, las organizaciones patronales han comenzado a tomar posiciones para facilitar la postura de voto empresarial. En pleno mes de agosto, Alfredo Molinas, presidente de Fomento del Trabajo Nacional y vicepresidente de la CEOE, ha enviado a los secretarios generales de todos los partidos políticos un cuestionario con cincuenta preguntas que, de ser respondido, significará un nivel tal de concreción de los programas económicos, suficiente para diferenciar las distintas alternativas electorales.
Los dirigentes empresariales se han quejado reiteradamente del desconocimiento que tienen de los programas económicos de los partidos. "Sabemos más o menos lo que ha pretendido hacer UCD, aunque entre lo dicho y lo realizado hay pocas coincidencias", declaró ayer uno de estos dirigentes. "Pero desconocemos, por ejemplo, el programa del PSOE porque sus líderes se contradicen frecuentemente. Sin más, ayer, Enrique Barón declaraba que nacionalizarían la Administración, la red de alta tensión y los bancos reflotados por el sector público, y poco tiempo después la oficina de Prensa del partido decía que eran apreciaciones personales".Los apremios al PSOE para que haga público su programa económico han sido frecuentes en los últimos tiempos; en la campaña de las elecciones autonómicas andaluzas este desconocimiento formó parte central de la campaña electoral de los empresarios en contra de los socialistas, a los que acusaron de ambigüedad.
La carta del presidente de Fomento se adelanta en el tiempo a la intención de hacer algo similar, expresada por otro de los vicepresidentes de la CEOE y presidente de la patronal de Madrid, José Antonio Segurado. Segurado explicó hace unos meses que de cara a las elecciones municipales exigiría mediante un cuestionario amplio una clara definición a las fuerzas políticas contendientes. Tanto Segurado como Molinas han sido de las personas que, dentro de la cúpula patronal, más han insistido acerca de la doble cara de los socialistas, sin que hayan insistido con la misma consistencia en conocer las alternativas de Alianza Popular, por ejemplo.
Encuesta exhaustiva
Es de imaginar que en estos momentos tienen la misma inquietud en verificar las propuestas del PSOE que en conocer las alternativas de los partidos recientemente creados como el Demócrata Popular de Oscar Alzaga, Demócrata Liberal de Antonio Garrigues, y sobre todo, del Partido de Acción Democrática de Fernández Ordóñez y del Centro Democrático Social que preside Adolfo Suárez, dos de las bestias negras del aparato patronal.
Molinas ha enviado a los secretarios generales de los partidos con fecha 24 de agosto, un cuestionario de cincuenta preguntas, acompañado de una carta en la que se dice: "Aunque los políticos no tienen la responsabilidad directa de la gestión en la actividad empresarial, lo cierto es que los actos del Gobierno y actitud de la oposición, y las leyes que emanan del Parlamento, tienen gran influencia en la vida empresarial porque encuadran y limitan el marco en que se desarrolla su actividad. Hemos podido constatar el deseo de la base empresarial, de que los partidos políticos definan concreta y claramente su posición y oferta de solución a los problemas que mantienen en vilo al mundo de la empresa".
El cuestionario tiene seis apartados: empleo y paro, relaciones laborales, sindicatos, Seguridad Social, fiscal y Administración Pública. Su nivel de concreción es exhaustivo. En caso de ser contestado dará una idea muy representativa del pensamiento económico de los partidos; y si las fuerzas políticas no se dieran por aludidas, sin duda su silencio será utilizado en su contra en la campaña institucional de los empresarios.
Preguntas significativas
Entre las preguntas más significativas que se hacen, destacan las siguientes: ¿Admite los beneficios empresariales como principal fuente de financiación de la inversión o consideran que es a través de la imposición fiscal del Estado como deben ser encauzadas en gran parte? ¿Facilitará la regulación de empleo en las pequeñas empresas? ¿Continuará o no, y en su caso, en qué cuantía, la subvención del Estado a unos sindicatos? ¿Exigirá a las empresas públicas que paguen puntualmente la Seguridad Social? ¿Tendrán libertad los asegurados dentro de la Seguridad Social, para elegir entre asistencia sanitaria pública o privada? ¿Aumentará la presión fiscal real? ¿Mantendrá el impuesto provisional del patrimonio? ¿Piensa regular la actividad de las instituciones financieras: banca oficial, banca privada, cajas de ahorros, etcétera? Aumentará la presencia pública en el mercado financiero?...
Sin duda, este tipo de encuesta, reducida en esta ocasión a la zona de Cataluña,se generalizará en toda España.
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