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La Policía de Madrid busca a un falso agente que multa a extranjeros y cobra en el acto la sanción

La Policía Municipal madrileña busca, desde hace unos días, a un falso compañero que, vestido de uniforme, con su porra al cinto y provisto de un bloc de boletines de denuncia ya caducado y un bolígrafo, ha estafado al menos a dos latinoamericanos, a los que ha cobrado multas de 10.000 y 6.000 pesetas, respectivamente, por infringir el Código de la Circulación. Ligeras diferencias en el informe y la placa y su preferencia por zonas que, como la Gran Vía, son recorridas por los turistas, son los únicos datos que se tienen para detener a este estafador, que a sus víctimas les reduce la cuantía hasta en un 50% por pronto pago.

La Delegación de Seguridad y Policía Municipal recibió hace un par de semanas la denuncia de un ciudadano latinoamericano, de paso por Madrid, que informó antes de salir de nuestro país sobre la multa de 6.000 pesetas que había tenido que pagar a un policía municipal tras haber realizado una infracción automovilística cerca de la plaza de España.Una semana después, un mexicano denunciaba un hecho similar. Tras realizar en un automóvil con matrícula turística un giro prohibido en la Gran Vía, un policía municipal, de estatura media, moreno y vestido con un uniforme similar al que utiliza la Policía Municipal de Madrid, detuvo el vehículo y comenzó a rellenar un boletín de denuncia que, según se comprobaría posteriormente, es de los que tenían los agentes de la Policía Municipal madrileña hasta hace unos meses, en que se cambió el formato con el fin de procesarlos por ordenador.

El falso policía le avisó de que, según la vigente normativa municipal, el multado tenía derecho a una importante reducción en caso de pagar directamente al agente por lo que, si optaba por este sistema, la multa quedaría reducida a 10.000 pesetas, cantidad que fue pagada.

Reducción de la cuantía

En el momento de denunciar el hecho, el mexicano, cuya identidad no ha querido ser facilitada, indicó, a preguntas de los policías, que el uniforme del estafador era ligeramente diferente, pues variaba el color de la camisa y la placa. Asimismo, informó que no parecía llevar pistola, aunque sí una de las defensas que suele llevar este Cuerpo.Para evitar que estos casos se repitan, la Delegación de Seguridad y Policía Municipal hizo pública el pasado martes una nota en la que precisa que todos los policías municipales, para su identificación, llevan un número bajo la placa, que es el que se pone en los boletines de denuncia. Unos boletines que vienen formatizados y en los que agrupan los datos del lugar, vehículo, infracción, estado titular, datos del notificado y de la infracción. Una diferencia apreciable con respecto al boletín antiguo es que en el nuevo la firma del agente está a la derecha, hacia el centro del boletín.

Aparte de pedir a cualquier ciudadano que pueda aportar alguna información la comunique al 092, Rafael Vera, delegado de Seguridad y Policía Municipal, informó de que se había montado un dispositivo especial, compuesto por policías municipales de uniforme y de paisano en la Gran Vía y en otras zonas turísticas de la capital, aunque era probable que este tipo de delito, en el que se combina la suplantación de identidad y la estafa, no se volviera a repetir ante la publicidad dada al tema.

Lo curioso de estos casos es la vigilancia que ha tenido que realizar este estafador para multar a personas que reunieran la condición de extranjero e infractor. Una vigilancia que no ha levantado sospechas, sin duda por la hora de actuación, entre las nueve y las diez de la noche, y la escasa plantilla de Policía Municipal que trabaja durante este mes.

En la actualidad están de servicio unos 1.200 agentes, la tercera parte de la plantilla en activo, como consecuencia de las vacaciones estivales. Estos policías se reparten en los tres turnos, concentrándose el mayor número por la mañana y quedando tan sólo unos doscientos para patrullar las calles durante la noche.

La suplantación de cargos municipales parece haber proliferado en los últimos tiempos. Aún está reciente el caso de una mujer que realizó diversas compras de electrodomésticos, vestida, en algunos casos, de sargento de la Policía Municipal para dar mayor confianza a los vendedores.

Asimismo, el pasado mes de marzo fue detenido un hombre que se hacía pasar por concejal de Deportes del Ayuntamiento de Madrid -cargo que no existe- y que había obtenido diversas cantidades para gastos a cambio de tramitar hipotéticas licencias para instalar quioscos de bebidas.

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