'Brigadoon', una pequeña obra maestra

Cuando Vincente Minnelli rueda Brigadoon, en 1954, ya ha hecho los mejores musicales de su carrera: Meet me in St. Louis, Yolanda and the thief, El pirata, Un americano en París y Melodías de Broadway 1955. Y lleva catorce años trabajando bajo contrato para Metro-Goldwyn-Mayer.Como la mayoría de las comedias musicales, Brigadoon sólo es una obra de Alan Jay Lerner, con música de Frederick Loewe, que ha obtenido un gran éxito en Broadway antes de que el productor Arthur Freed decida convertirla en película. Su trama está cercana al cuento de hadas y cuenta la historia de un pueblecito escocés que revive un día cada cien años, donde quedan atrapados dos norteamericanos que han ido a cazar por la zona.

En un principio, el proyecto debía rodarse en Escocia, pero, gracias al mal tiempo que hace cuando van a localizar, deciden hacerlo en la localidad de Monterrey, en Estados Unidos, y finalmente, Metro-Goldwyn-Mayer la rueda íntegramente en estudio para economizar. Esto, que en un principio parece una atástrofe, resulta ser una de las principales cualidades de la obra. En un gran plató se construye un inmenso ciclorama y el decorado del pueblo escocés con tal habilidad, que los directores artísticos reciben un oscar por su trabajo.

Tal como cuenta Minnelli en su autobiografía -obra inédita en castellano- , el mayor problema que tiene para hacer Brigadoon es conseguir que Gene Kelly se entusiasma con el proyecto. Cuando empiezan la preparación, Kelly acaba de volver de Europa, donde ha pasado dieciocho meses haciendo Invitación a la danza -su único y pretencioso musical dirigido en solitario-, está cansado y piensa que la comedia musical es un género que comienza a declinar. Minnelli y Kelly son buenos amigos, anteriormente han trabajado juntos en El pirata y Un americano en París, y el director consigue que el bailarín venza el miedo a rodar la obra en decorado y haga una excelente coreografía y un buen trabajo como actor y bailarín.

La moda de la época obliga a Minnelli a hacer Brigadoon en cinemascope. Al principio se resiste, porque, como to,dos los grandes directores, detesta ese formato, pero se convence cuando se entera de que su anterior musical, Melodías de Broadway 1955, rodada en formato normal, se proyecta en cineimascope, con lo cual cortan los pies de Fred Astaire. Y al final logra que el nuevo formato sea un elemento más dentro del barroquismo de su personal puesta en escena.

El resultado es una pequeña obra maestra, uno de sus musicales hecho sin mucho dinero, pero que tiene un atractivo mayor que muchas de las grandes obras del género.

Para poder apreciar Brigadoon en toda su belleza, su aire de cuento de hadas, su barroca falsedad, es necesario verla en su cinemascope original, que subraya su tono de decorado de cartón piedra y la ligereza de sus movimientos de cámara. Si, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, TVE la emite en un formato normal, que corta buena parte de los laterales del fotograma, más vale no verla, porque el musical es el más artificial de los géneros, y al alterarse una de sus partes se rompe su extrafío equilibrio interno y se deshace la magia del original.

Brigadoon se emite esta noche a las 22.00, por la segunda cadena.