Burla al público
El XXII Festival de Ballet de la Cueva de Nerja, de Málaga, ha resultado una burla para el público.El programa contemplaba la presentación del ballet clásico de Alain Baldini, los días 7 y 8 de agosto, a las once de la noche, en el escenario de las cuevas de Nerja, administrado por el Patronato de la Cueva de Nerja, una concesión particular.
1º El programa del domingo se inició con treinta minutos de retraso.
2º Una voz en off anunció que el primer bailarín no actuaba porque había sufrido un accidente, programado en todos los actos.
3º El equipo de sonido y la iluminación: deficiente. Sobraba música o había cortes abruptos de ella.
4º Se advirtió en general improvisación, salvándose -el espectáculo gracias a la paciencia del público y de la bailarina Lloly Grande, que hizo lo que pudo sin acompañante.
¿Hasta cuándo se debe tolerar el abuso de estas concesiones particulares que hacen del arte un verdadero negociado?
Para conducir a los espectadores desde Málaga a las cuevas de Nerja, que distan 50 kilómetros (cuyo cobro de autobús normal es de 170 pesetas), este patronato o concesión, que tiene a su cargo las cuevas, cobró quinientas pesetas ida y vuelta. Y si el pasaje era sólo de regreso, cobró trescientas pésetas. O sea, un negocio redondo para los concesionarios, un pésimo negocio para los espectadores que, alentados por la publicidad del Espectáculo único en el mundo, Fantasía natural, se dejan engañar. Estos monumentos nacionales deben estar en manos de los organismos oficiales del Estado y no en manos de particulares. Las autoridades pertinentes deben tomar cartas en este mmio. Gracias /
. Málaga.
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