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Miles de disparos al aire despidieron a los primeros 397 palestinos evacuados

La historia del pueblo palestino ha encontrado un nuevo nombre para sus páginas, el de Sol Georgios, el buque chipriota que ayer zarpó del puerto de Beirut hacia Larnaka con los 397 primeros combatientes y heridos evacuados de la capital libanesa, con destino a Irak y Jordania. Los primeros en llegar a la zona franca del puerto beirutí fueron, precisamente, los heridos. Eran las 11.30 de la mañana, hora de Madrid. Un sinirin de disparos al aire se prolongó a lo largo de todo el día en señal de despedida a los milicianos. En estaflesta particular participó el líder izquierdista libanés Walid Jumbiatt.

"Revolución, revolución hasta la victoria", era el grito de los combatientes palestinos que llegaron junto al Sol Georgios, escoltados por jeeps de la fuerza pacificadora francesa. En una mano portaban sus fusiles kalashnikov y con la otra hacían el signo de la victoria.Sin embargo, tres horas antes, en el barrio Fakkani, de Beirut occidental, donde tiene su sede principal la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el ambiente no era en ningún caso de alegría.

Una mujer, de unos cuarenta años, no podía ocultar sus lágrimas, asomada a la ventanilla de un automóvil que la llevaba al lugar donde se concentraron los evacuados, el estadio. Un combatiente pedía que se le hiciera una fotografía subido a los escombros de una casa donde ondea aún la bandera palestina. Hizo el signo de la victoria con los dedos y enarboló su fusil. Era el último recuerdo de una tierra que le sirvió de cobijo durante años y que tal vez no vuelva a ver.

Antes de que el primer convoy de evacuados se pusiera en marcha se escucharon fuertes detonaciones. Se trataba de las minas que hacían explotar los propios combatientes palestinos para dejar expedito el camino. La zona del puerto había sido minada, como medio de impedir o retrasar una eventual invasión israelí.

Cuando partieron los primeros camiones, prácticamente todo el sector oeste de Beirut quedó envuelto en una ensordecedora atmósfera de disparos. Pistolas, metralletas y fusiles de asalto pasaban de mano en mano, de viejos a niños, de jóvenes a mujeres, para que dispararan una ráfaga al aire.

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La evacuación se llevó a cabo en grupos de cuatro y cinco camiones, cuya llegada al puerto se hizo a intervalos de veinte minutos.

En la zona de embarque, el Ejército regular libanés desplegó sus efectivos una hora antes de la llegada de los evacuados, expulsando a los periodistas hacia el exterior de la zona portuaria.

Sin darse apenas cuenta, periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, que habían pasado sin problemas el control occidental de las fuerzas mourabitun (nasseristas), se encontraron en el este de la ciudad, rodeados de oficiales israelíes. Un teniente hebreo, en una improvisada conversación, explicó que "la OLP exige que no haya periodistas ni nadie apostado en los tejados", lo que era difícilmente creíble, cuando los primeros evacuados en llegar a la zona buscaban insistentémente el emplazamiento de las cámaras de televisión para gritarles sus eslóganes.

Los oficiales israelíes cambiaban sus armas por cámaras fotográficas, deseosos de registrar este acontecimiento histórico. Apenas veinte metros separaban la verja de seguridad impuesta a la Prensa con el paso del convoy palestino. Cuando uno de sus camiones cruzó por delante, alguien gritó en inglés: "Adiós, terroristas".

Paracaidistas franceses

Los 350 paracaidistas franceses del primer destacamento de la Fuerza Multinacional de Interposición estaban silenciosos en su primer día de servicio. Su tranquilidad y condición de tropa de elite contrastaba con el nerviosismo del Ejército regular libanés. Los legionarios franceses se mostraban remisos en hablar con la Prensa, solamente pronunciaban frases cortas, como "Vaya usted por allí" o "Esta zona está prohibida".

El carguero Sol Georgios partió a primeras horas de la tarde de ayer con dirección a Larnaka (Chipre), iniciando con este viaje de nueve horas una operación de evacuación que deberá concluir el próximo 3 de septiembre, cuando los líderes palestinos Yasir Arafat y Georges Habache salgan hacia Damasco con los últimos 2.000 hombres. Culminará de esta manera una operación que llevará a la diáspora a unos 10.000 milicianos de la OLP y organizaciones afines. Hasta el próximo miércoles, la operación continuará por tierra y por mar. A partir del jueves, los 800 soldados norteamericanos y los 350 italianos, pertenecientes, asimismo, a la fuerza de interposición, se situarán en el sector fronterizo de la capital, al norte y en el aeropuerto, respectivajnente.

De acuerdo con el plan establecido, que un portavoz Iibanés dijo esperar que se cumpla con "la normalidad del primer día", las tropas sirias estacionadas en el valle de la Bekaa deberán comenzar a replegarse el próximo día 29, y culminar su retirada el 31. Por su parte, los israelíes se retirarán seis kilómetros de la carretera Beirut-Damasco, para dejar paso libre a los convoyes de evacuados. Asimismo, el primer ministro libanés, Chafic Wazzan, al comienzo de la operación de evacuación, declaró que había recibido garantías escritas de la Adminístración norteamericana de que Israel pondría en libertad a un determinado número de prisioneros iibaneses y palestinos, así como una garantía similar de que el plan de evacuación se realizará en todas sus fases.

La fecha histórica de ayer, para el conflicto gerieral del Oriente Próximo, estuvo marcada por la presencia en Beirut del ministro de Defensa israleí, Ariel Sharon, quien declaró que la salida de los palestinos de la capital libanesa "puede considerarse un gran éxito para Israel". Sharon supervisó la sustitución de parte de sus tropas por los soldados franceses.

La versión del lado palestino era absolutamente la contraria. La partida del primer contingente de la OLP ha demostrado, además, la realidad sobre la división existente en Líbano: en el este de la capital, los cristianos y afines al partido ultraderechista de Bechir Gemayel expresaron su alborozo en el momento de la evacuación.

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