La reincorporación al Ejercito de los ex miembros de la UMD, 'congelada' en el Parlamento

"Desde el 23-F, en cada reunión de la junta de portavoces, Landelino Lavilla, cuando llegamos al estudio de las proposiciones de ley pendientes, pasa de largo, sin que nadie se oponga, la de reincorporación al Ejército de los militares de la UMD, que es la primera de todas, por orden de antigüedad". Con estas palabras explicaba hace meses a EL PAIS el portavoz de una de las minorías del Congreso de los Diputados la curiosa situación de una proposición de ley suscrita por todos los grupos parlamentarios, con excepción de Coalición Democrática, y que sufre una extraña congelación, intensificada a partir del 23 de febrero de 1981.La iniciativa legislativa citada, publicada en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el 11 de julio de 1980, no ha sido retirada formalmente de la Cámara. Los objetivos principales de la proposición de ley son la desaparición de la discriminación en el trato recibido por la ley de Amnistía de 1977 por los militares profesionales respecto a los funcionarios civiles comprendidos en ella.

En consecuencia, la iniciativa legislativa pretende que dichos militares (entre los que se encuentran los de la desaparecida Unión Militar Democrática -UMD-, condenados por defender la instauración de un sistema democrático en nuestro país) queden "reincorporados a las armas, cuerpos o institutos de que fueron separados", así como que se les reconozca el empleo que por antigüedad les correspondiera como si no hubiera habido interrupción en la prestación de los servicios" y la restitución de otros derechos económicos, sociales y profesionales.

El consenso sobre esta proposición de ley fue tan grande en su momento que coincidieron en firmarla, con fecha 26 de junio de 1980, los portavoces de siete grupos parlamentarios: Centrista (Antonio Jirriénez Blanco, hoy presidente del Consejo de Estado), Socialista del Congreso (Alfonso Guerra), Socialistes de Catalunya (Ernest Lluch), Socialistas Vascos (Carlos Solchaga), Comunista (Santiago Carrillo), Minoría Catalana (Miquel Roca) y Andalucista (Miguel Angel Arredonda). Pero ahora existe un consenso generalizado, sobre todo entre los grandes grupos parlamentarios, de que "no está el horno para bollos", esto es, de que "no está la situación castrense para el retorno de militares dernócratas al servicio activo en las Fuerzas Armadas".

En julio de 1980 ya se conocieron presiones contra esta proposición de ley y se anunciaron enmiendas -hecho insólito- por parte de uno de los grupos proponentes, el centrista. Pasado el intento golpista del 23 de febrero de 1981, el Gobierno comunicó al Congreso su posición contraria a la tramitación de esta proposición de ley.

En todo caso, en tanto que los grupos proponentes no retiren su iniciativa, lo que corresponde reglamentariamente es introducir la cuestión en el orden del día del Pleno del Congreso y someter a debate de la Cámara su toma en consideración.

Esta se iniciaría por la lectura de la posición contraria del Gobierno, seguida de la de los portavoces de los grupos, y terminaría con una votación que, al parecer, los autores de la propuesta no desean.

¿Permanecerá viva esta proposición de ley al comienzo del próximo período de sesiones, en septiembre?