Declaración latinoamericana para establecer una paz estable en el subcontinente
Los jefes de Estado y de Gobierno que asistieron a la investidura del nuevo presidente colombiano, Belisario Betancur, han suscrito en Bogotá una declaración de veintiún puntos en la que ratifican su adhesión a los propósitos y principios de la Naciones Unidas y expresan su voluntad de establecer una paz estable en Latinoamérica.
Los signatarios de la declaración son los presidentes de Venezuela, Luis Herrera Campins; Ecuador, Oswaldo Hurtado Larrea; Bolivia, Guido Vildoso Calderón; el jefe de Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, y un miembro de la Junta de Gobierno de Nicaragua, Rafael Córdoba Rivas. En la declaración señalan que respetan la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y el no uso de la fuerza. En el documento, suscrito además por los primeros ministros de Jamaica, Edward Seaga; Belice, George Price, y San Cristóbal, Kennedy Simonds, se reconoce la existencia de controversias en América y se expresa el deseo de su resolución pacífica.Los ocho líderes políticos manifiestan su deseo de que en los países de América el pueblo no solamente participe de su destino mediante el ejercicio del voto, sino que también se beneficie de la justicia social que le permita elevar su nivel de vida, y muestran su preocupación por la persistencia del desequilibrio entre las naciones desarrolladas y las que están en vías de desarrollo. Al tiempo coinciden en la necesidad de iniciar en el ámbito de las Naciones Unidas negociaciones globales sobre los tratados Norte-Sur.
Los firmantes consideran nocivo el proteccionismo económico que los países industrializados ejercen sobre los que están en desarrollo.
El documento considera que el Tratado de Montevideo de 1980 constituye un instrumento útil para la integración latinoamericana, y en él se manifiesta el deseo de realizar, dentro de los acuerdos parciales, una mayor apertura a la Comunidad Económica Europea.
La declaración formula el deseo de una paz estable, sustentada por el respeto mutuo, y en ella se plasma la aspiración de los firmantes a que las conversaciones sobre el desarme y la reducción de la amenaza nuclear avancen satisfactoriamente y conduzcan a una convivencia pacífica, con miras al bienestar de todos los pueblos.
Los ocho presidentes y jefes de Gobierno apoyan los procesos de restauración de la democracia en algunos países americanos y resaltan la determinación del Gobierno boliviano de entregar las instituciones a los civiles.
Sobre la iniciativa formulada por el presidente Betancur en torno al fortalecimiento del papel de la región en la política mundial, para que pueda proyectarse internacionalmente, los firmantes del documentó manifiestan que la acogen favorablemente y que la presentarán a la consideración de los demás jefes de Estado y de Gobierno del continente.
Por otra parte, los presidentes de los países miembros del Pacto Andino han decidido "imprimir un nuevo y particular dinamismo al proceso de integración subregional", al proponerse realizar los ajustes para un mejor funcionamiento institucional del pacto.
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