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Una parte del personal de seguridad de Lemóniz abandona sus puestos de trabajo

Una parte del personal que venía prestando servicios de seguridad en la central nuclear vizcaína de Lemóniz ha abandonado su trabajo desde que, a mediados del mes pasado, tuvo noticias a través de unos documentos fotocopiados de las amenazas recibidas por los empleados del mismo servicio, adscritos a la empresa Iberduero.

Desde esas mismas fechas, el servicio de seguridad de Lemóniz quedó a cargo de trescientos empleados correspondientes a las empresas Prosesa, Prosegur y Esebi, una vez que la propia empresa Iberduero acelerara su plan de reestructuración de plantilla y trasladara a su personal de seguridad a otros puestos de trabajo, a raíz de las amenazas recibidas y que han sido confirmadas por la misma empresa.En días posteriores, y al tener conocimiento de una nueva carta en la que ETA amenazaba de muerte a los directivos de las citadas empresas en la central -a los que daba cuenta de la creación de un comando especial "para seguir sus pasos" y el plazo de un mes para abandonar sus puestos-, se pudo constatar la ausencia de mandos de las citadas empresas, empleados en la central, que se justificaba con la excusa de que aquéllos se encontraban de vacaciones, según informan los traba adores actuales de las mismas entidades en la central, en tanto que las empresas guardan silencio sobre el tema.

A la salida de estos mandos, según las mismas fuentes, se ha sumado un número indeterminado de trabajadores, dedicados a las labores de vigilancia del utillaje, así como de los servicios de bomberos, dada la situación de incertidumbre y temor en que se han visto situados, al margen de cualquier explicación por parte de las empresas o estamento alguno.

Los trabajadores mismos explican su postura: "Nos encontramos en el momento de confusión más absoluta, dada la desinformación y la falta de medios que disponemos para salir de esta situación. Nadie, ni las empresas ni ningún organismo público, dice nada sobre nosotros", afirman los trabajadores de Lemóniz, que han explicado públicamente su postura en este mismo sentido, exigiendo a las empresas una respuesta, ya que las tres empresas citadas carecen de un comité representativo de los empleados en Lemóniz. El único que existía, el de Prosesa, se renueva hoy, precisamente, debido a la dispersión de sus anteriores miembros en distintos puestos de trabajo.

Un mes de vacaciones

Entre tanto, las empresas guardan el más absoluto mutismo sobre cualquier extremo de la situación de sus empleados en Lemóniz.Estos mismos trabajadores, la mayoría vigilantes jurados, además de los dedicados al servicio de bomberos, informan de que la misma empresa Prosesa ha dispuesto uno de los pabellones de la central, actualmente vacío, con cincuenta camas, a la vez que ha ofrecido a su personal la posibilidad de permanecer trabajando durante una semana en la central y a continuación disfrutar de un mes de vacaciones.

Estas propuestas, según afirman los trabajadores, han sido aceptadas por una parte de la plantilla, que ya ha enviado o se dispone a enviar a sus familias con destino a sus lugares de origen.

"Si laboralmente nuestro problema es insostenible, humanamente es la desesperación", comenta uno de estos trabajadores, de cuarenta años, casado y con dos hijos. "Las mujeres no quieren que vayamos a trabajar, y por nuestra parte no tenemos más remedio que acudir para conservar nuestro puesto de trabajo", comenta el mismo interlocutor, que habla, asimismo, de la preocupación que existe en sus casas ante el mínimo retraso o anomalía producida a la hora de su regreso a casa.

En una de estas casas, mientras se ve la televisión y el padre comenta la tensión de su jornada en Lemóniz, una niña pregunta: "Papa, ¿lloraban esos hombres?". Cuando los niños se van a la cama, el padre continúa: "Aquí nos van a pegar un tiro sin que nadie haga nada, y todos sabemos que no va a ser dentro de la central, que vigila la Guardia Civil. Como todo el mundo comenta, será en la calle o en una cafetería. Es una situación de angustia y desesperación total", dice el mismo trabajador que, pasadas ras doce de la noche, sale ala calle con su mujer. Afuera hay verbena, hay fiestas en el barrio.

Reanudación de las obras

Por otra parte, los técnicos de Iberduero podrán incorporarse a los trabajos de terminación de Lemóniz una vez que se reinicien las obras bajo la tutela del Estado, según ha podido saber Efe en fuentes solventes. Al parecer, el Gobierno tiene la intención de una vez que la central nuclear se encuentre bajo control estatal, reanudar de manera inmediata las obras del complejo cercano a Armintza. En estas obras participarían todos los trabajadores de Iberduero que quisieran reintegrarse a sus puestos de trabajo. Las vacantes que quedaran se cubrirían con técnicos de otras empresas especializadas.

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