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El Gobierno de Kenia no controla totalmente a los golpistas

A los dos días del intento de golpe de Estado dirigido contra el presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, las autoridades no controlaban completamente la situación. En el centro de Nairobi aún se escuchaban ayer disparos, a pesar de que más de 2.000 hombres de las Fuerzas Aéreas que habían participado en la intentona se habían entregado a las tropas leales al presidente, según el periódico Nairobi Times. Mientras tanto, el balance de bajas no deja de crecer: fuentes diplomáticas las cifran en más de trescientos muertos y no menos de quinientos heridos.La confusión continuaba ayer en Nairobi, y había datos contradictorios sobre la identidad de los cabecillas golpistas y sobre el plazo dado para que se rindan los últimos rebeldes, que se estima pueden ser unos doscientos. A medio día expiró el plazo que había dado el presidente. Sin embargo, horas antes La Voz de Kenia, emisora estatal, informaba de que el plazo se ampliaba en veinticuatro horas más. No se conocen los detalles de las condiciones, pero otra emisora manifestaba, a primera hora de la mañana, que los rebeldes se enfrentarán con graves consecuencias si no se rinden pronto.

También existe confusión sobre la dirección de la intentona. Según una fuente gubernamental, citada por el diario Nation, el golpe habría estado dirigido por el coronel Mwanthi, comandante del 582 batallón de la caballería aérea, con base en Embasaki. Para el ministro de Defensa, sin embargo, este batallón no habría participado en el golpe. Según la primera versión, Mwanthi recibió apoyo de las bases de las Fuerzas Aéreas en Eastleigh y Nanyuki, lo que no entra en contradicción con el toque de queda a que están sometidas ambas localidades. Otras informaciones hablaban de que la dirección del golpe la llevaba el coronel Odipo, y otras, de que era dirigido por el comandante Mohamed.

En cualquier caso, se desconoce la suerte de los cabecillas del golpe y la identidad de los cuatro keniatas que el pasado domingo aterrizaron con un avión militar en el aeropuesrto de Dar es Salam, capital de la vecina Tanzania.

A media tarde de ayer aún se escuchaban disparos en el centro de Nairobi, donde se veía a patrullas militares correr, esconderse y mirar hacia los tejados, a la búsqueda de francotiradores. En los barrios del noreste, cerca de la base aérea, la policía continuaba efectuando registros en las viviendas.

Por el momento, se ignora si Arap Moi, actual presidente dé la Organización para la Unidad Africana (OUA), acudirá a la capital de Libia para pasar la presidencia de la organización al líder libio, Muanlar el Gadafi. El coronel líbio ha enviado un mensaje a Arap Moi en el se declara dispuesto a hacer lo que se le pida para apoyar la estabilidad y la seguridad del pueblo keniata. En el mensaje, Gadafi manifiesta su satisfacción por que el presidente Arap Moi haya conseguido abortar el golpe.

El aeropuerto de Nairobi ya ha sido abierto al tráfico, y las agencias de viajes, envían a sus turistas a los parques nacionales y a los hoteles del interior y de la costa del océano Indico.

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