Salvatore Santaniello
un joven napolitano de veintidós años, drogadicto, se presentó en una comisaría de policía y se confesó autor de varios robos. Su objetivo era que los agentes lo encarcelaran. Pero los policías descubrieron que no eran ciertos los robos que se atribuía. Al verse descubierto, Salvatore confesó que quería ingresar en la cárcel para poder curarse de su peligrosa afición a las drogas y señaló que no encontraba otro medio para lograrlo. Las contradiciones en el relato de sus robos a turistas fueron las que delataron a la policía que los robos eran falsos. De todas formas, el joven napolitano podría ser encarcelado ya que los agentes se han visto obligados a denunciarle por autocalumnia y otras faltas a las que deberá responder.
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