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Un magistrado de Milán envía tres notificaciones judiciales a dirigentes del Banco Vaticano

Juan Arias

Paul Marcinkus, el arzobispo norteamericano de origen lituano presidente del IOR (Instituto Obras de Religión), es decir, el Banco Vaticano, recibió ayer tarde una notificación judicial del magistrado de Milán Pier Luigi dell'Osso, que investiga sobre el caso del Banco Ambrosiano y de la muerte de su ex presidente, Roberto Calvi.

Con Marcinkus han recibido también idéntica notificación judicial el administrador delegado, Luigi Mennini, que ya había estado en la cárcel por el asunto Sindona, y de Strobel, otro de los dirigentes seglares del Banco del Papa.Esta notificación judicial, en viada por un magistrado a través del Ministerio de Justicia, tiene como finalidad informar a Marcinkus y a sus colaboradores que los jueces italianos han abierto una investigación judicial sobre sus personas, tras haber recibido indicios graves de posibles delitos penales cometidos, en este caso, en el asunto del Banco Ambrosiano, el mayor imperio bancario privado italiano, del cual el Vaticano era un importante accionista. En realidad, no se conoce exactamente cuáles son las posibles acusaciones utilizados por los jueces milaneses contra Marcinkus y los otros dirigentes vaticanos, porque las cartas del magistrado Dell'Osso, han sido rechazadas por el Vaticano, bajo el pretexto de que deben ser enviadas a través de los canales diplomáticos por tratarse de personajes que viven en el extranjero, ya que el Vaticano es un Estado independiente. Las cartas del juez milanés fueron pues entregadas ayer al embajador italiano ante la Santa Sede, para que las devuelva al Ministerio de Gracia y Justicia, el cual, a su vez, las ha enviado al Ministerio de Asuntos Exteriores.

Esta es la clara demostración de la guerra que se ha abierto, por primera vez en la historia de este país, entre la Magistratura y los personajes de la Santa Sede implicados en asuntos financieros.

Por lo que se refiere a Marcinkus, además del problema del Banco Ambrosiano en el que, al parecer, se le acusa de "estafa agravada", la notificación judicial podría referirse también, según indicaba ayer Republica, al caso Sindona, y, concretamente, a la repartición ilegal con el difunto Calvi de la cifra de seis millones de dólares, cuando fue vendido el paquete de acciones de Pacchetti al Banco Ambrosiano.

Ya durante las últimas cuarenta y ocho horas, los mayores diarios del país habían publicado la noticia sin confirmarla de la existencia de la notificación judicial a los altos dirigentes de la banca vaticana, pero todos se resistían, a pensar que esta notificación pudiera referirse también el famoso y potente Marcinkus, el hombre responsable de las finanzas vaticanas durante los últimos diez años y el personaje más conocido en todo el mundo del séquito papá en los viajes internacionales, al ser su gorila personal y el jefe de los servicios de seguridad del Vaticano. Actualmente, Marcinkus es el gobernador del pequeño, Estado del Vaticano y de él se daba por seguro, hace unos meses, su elevación a la púrpura cardenalicia.

En el Vaticano no fue posible ayer tarde obtener ninguna declaración oficial. El vicedirector de la sala de Prensa vaticana, Pier Luigi Pastore, se limitó a decir que "no existe costumbre de informar sobre los asuntos de tipo judicial de personajes de la Santa Sede".

Mil millones de déficit

El problema de fondo es el profundo déficit hallado por los comisarios que investigan sobre el Banco de Calvi y que, al parecer, debería pagarlo el Vaticano. La cifra es de mil millones de dólares. Y en el Vaticano se afirma que el Papa no puede pagar tal cantidad de dinero. Pero el ministro del Tesoro, el católico y democristiano Nino Andreatta, que ha sido muy severo en este asunto con el Vaticano, ha confiado en una reunión de ministros que si el Papa debe pagar y no tiene dinero, puede vender algunos cuadros y joyas, pero que tiene que dar ejemplo de justicia.

Sin embargo, ayer se rumoreó la noticia de que ya un banco de Estados Unidos había ofrecido al Vaticano la ayuda de quinientos millones de dólares.

La grave decisión de los magistrados de Milán de enviar a Marcinkus un mandato judicial fue tomada, al parecer, después de una cumbre de éstos con los tres comisarios del Banco Central de Italia, que están investi gando sobre el Banco Ambrosiano, y se piensa que los indicios deben ser muy sólidos, ya que, de lo contrario, no se hubieran atrevido a una acción tan clamorosa que, si resultara falsa, comprometería para siempre la reputación de los comisarios y de los magistrados. Aunque, como es evidente, una cosa es recibir un mandato judicial y otra el ser culpable. Ahora tocará a Marcinkus y a sus colaboradores preparar la defensa y buscarse sus abogados y a los jueces demostrar su culpabilidad o inocencia.

Mientras tanto en los ambiente vaticanos todos se preguntan quién protege a Marcinkus y cómo es posible que los Papas le sigan defendiendo.

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