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Gente

Manuel Valenzuela,

director del Banco de Bilbao en Santa Cruz de Tenerife, presenció, desde la ventana de la calle de su despacho, con asombro e impotencia como una pesada rama de los árboles que podaban los empleados del Ayuntamiento en un lugar próximo a la entidad bancaria se precipitaba brúscamente contra la fachada de la misma, informa Carmelo Martín. El impacto del brazo del árbol contra la calzada proyectó con gran fuerza varios fragmentos contra el inmueble y causó la alarma en la oficina principal del banco, así como entre los vanos cientos de personas que se manifestaban casualmente en las inmediaciones. Los empleados municipales de parques y jardines se abalanzaron asustados al suelo mientras los administrativos del banco se apresuraban a solicitar asistencia médica. Uno de los proyectiles de madera salió disparado hacia la sala de operaciones bancarias y arrojó al suelo a uno de los clientes, de avanzada edad, que tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para recuperarse de un fuerte shock traumático en su mano y hombro. Otro de los trozos de rama desposeyó a un turista de su máquina fotográfica y un tercer fragmento arrancó una letra del anagrama del banco tras causar un gran estruendo al chocar con la puerta del garaje del mismo.

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