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Teherán da garantías a los regímenes del golfo Pérsico

Todos los esfuerzos de la política exterior del régimen de Teherán se encaminan a tranquilizar a los países del golfo Pérsico, a quienes el propio Rafsanjani pidió ayer que abandonen sus temores a Irán y que los centren en su propia ambigüedad "cuando venden o envían armas a Irak". De un modo persistente, los dignatarios de la república islámica aseguran que el Islam no se expandirá por las armas.Los más altos dignatarios de la República Islámica de Irán repiten insistentemente que la irrupción de las tropas iraníes dentro del territorio de Irak es una operación defensiva para poner bajo abrigo de las agresiones iraquíes a la población de Irán. En este sentido se han expresado el primer ministro, Mir Hussein Mussavi, actualmente en Argel, Ali Akbhar Velayati ministro de Asuntos Exteriores, y el cada vez más poderoso Hache mi Rafsanjani, presidente del Par lamento e imán asiduo de la plegaria del viernes en Teherán.

Independientemente de que la irrupción militar iraní en Irak tenga todas las trazas de una invasión, los dirigentes islámicos parecen empeñados en disminuir el alcance de sus operaciones militares, que justifican por los bombardeos del oeste de Irán por parte de la aviación de Irak y que, según Teherán, jamás cesaron, pese a las reiteradas ofertas de cese el fuego formuladas por el presidente iraquí, Sadam Hussein.

Si hay algo que caracteriza a los revolucionarios iraníes, sobre todo a su guía, el imán Jomeini, es su tenacidad. Cuando formulan un propósito es muy raro que cambien de opinión, lo cual configura en Teherán una política distinta de las de muchos regímenes del mundo islámico. El imán Jomeini parece decidido a forzar un derrocamiento del presidente Sadam Hussein, que para el. imán de los chiitas encarna la personificación del mal absoluto y de la corrupción. Pero este derrocamiento, matiza, deberá ser obra de los propios iraquíes.

Lo que resulta por el momento inexplicable es cómo armonizar este propósito no cuestionable con la estabilidad que Irán necesita para salir de la fase de guerra que tanto le ha dañado. Por ello, esta fase de la guerra no se explica muy bien. De avanzar mucho las operaciones militares, es decir, de quedar atrapada Basora por Irán, no resultaría extraño que los regímenes moderados de la zona formaran una especie de santa alianza contra Irán.

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