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TRIBUNALES

Concluye la fase de la prueba testifical en el juicio sobre el 'caso Almería'

La fase de la prueba testifical que ha venido practicándose desde el pasado día 23 de junio en el juicio oral y público sobre el caso Almería concluyó ayer con la comparecencia ante el Tribunal de los dos últimos testigos propuestos por las defensas de los procesados, teniente coronel Carlos Castillo Quero, de su teniente ayudante, Manuel Gómez Torres, y del guardia conductor Manuel Fernández Llamas. De los 31 testigos propuestos exclusivamente por los defensores, sólo han comparecido, finalmente, nueve de ellos, tras constatar los defensores que el acusador particular lograba aprovechar el testimonio de sus propios testigos a favor de su tesis acusatoria.

Con anterioridad a la declaración de los últimos testigos de las defensas, dos números de la Guardia Civil, adscritos a la Comandancia de Santander, comparecieron ante el Tribunal un testigo propuesto por el acusador particular, que no pudo testificar en su momento por enfermedad, y dos testigos de los defensores, los dos guardias civiles de Ciudad Real que hicieron ciertas averiguaciones sobre la supuesta presencia en aquella zona del comando de ETA al que se atribuyó el atentado realizado en Madrid el día 7 de mayo de 1981 contra el teniente general Valenzuela.El testigo del acusador particular, sargento Casto Romero, fue el que, como jefe del servicio de investigación y atestados de la Guardia Civil de Almería, elaboró los primeros informes sobre los hechos ocurridos al alba del día 10 de mayo de 1981 en el kilómetro 8,400 de la carretera de Gérgal. Aparentando tranquilidad y dominio sobre lo que decía, cualidades cuya ausencia se ha hecho sentir en el testimonio de la mayor parte de los guardias civiles que han comparecido como testigos, el sargento Casto Romero explicó al Tribunal, en respuesta al largo interrogatorio a que le sometió el acusador particular, su papel en la elaboración de los informes y croquis que pretenden reflejar lo sucedido en la carretera de Gérgal.

El Ford Fiesta estaba parado

El testigo declaró que las fuentes de información que utilizó para sus informes fueron las declaraciones que le hicieron los propios procesados y los restantes guardias civiles que formaban parte de la caravana, y sus propias apreciaciones sobre el lugar de los hechos y el estado en que quedó el Ford Fiesta de las víctimas. En algunas ocasiones sus respuestas fueron poco convincentes, pero en otra no dudó en ratificar ante el Tribunal un dato que ya recogió en uno de sus informes, unidos posteriormente al sumario, y es que, a su juicio, el Ford Fiesta de las víctimas debió estar parado antes de caer por el terraplén e incendiarse, en el momento en que recibió los impactos junto al depósito de gasolina, a resultas de una segunda acción de fuego realizada por el guardia procesado Manuel Fernández Llamas.-¿Puede describir usted cómo recoge en su informe la acción de fuego realizada por el procesado Fernández Llamas?, se interesa el acusador particular.

-Llamas hizo dos acciones de fuego. Una cuando llegó el Ford Fiesta a su altura y una segunda, prácticamente junto al coche, cuando este está ya a punto de caer por el terraplén.

-En su informe se dice que mientras se produce esta segunda acción de fuego el coche debió estar parado. ¿Quiere explicar cómo llega a esta conclusión?

-Yo observo en el depósito de gasolina un agrupamiento de disparos tan perfecto que sólo puede producirse si el coche está parado. No digo si el motor estuviera o no funcionando. Me refiero al coche, porque si el coche hubiera est ado en movimiento en aquel momento, los disparos no habrían quedado agúupados, sino dispersos. Considero, pues, que el coche debió estar parado en terreno firme.

Respecto a las razones o datos que le llevaron a opinar en uno de los informes que la intecionalidad de los que dispararon era alcanzar las ruedas del Ford Fiesta, el sargento Casto Romero no dio una respuesta convincente. "Las manifestaciones de los intervinientes y lo que yo vi me, hicieron presumir sobre la intecionalidad de los que dispararon. El mayor chorro de fuego está concentrado en el ángulo posterior derecho del coche", responde. Más adelante, a la pregunta que te formula uno de los defensores de los procesados respecto a si tiene explicación que se dispare sobre las ruedas y sin embargo, los tiros den en otro lugar del coche, el testigo concreta un poco más su respuesta: "Los disparos se hicieron de izquierda a derecha. Si hay un chorro de fuego sobre la parte trasera del vehículo, alguno de los disparos pudo atravesar la cubierta de la rueda sin tocar la llanta".

Buscaban a Luis Cobo

Los dos guardias civiles de Ciudad Real, uno de ellos sargento y otro cabo primero, propuestos como testigos por los defensores, declararon sobre las avenguaciones que realizaron el día 9 de mayo de 1981, en Alcázar de Sán Juan y en Manzanares, sobre la denuncia de la supuesta presencia de un comando terrorista, en aquella zona. El acusador particular se extrañó de que el resultado de aquellas averiguaciones no hubiera sido expuesto en su día al juez instructor del sumario del caso Almería, a lo que el sargento repsondió: "Nadie me requirió para ello. Yo hice un servicio que mehabía ordenado el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real".Lo más importante de lo declarado por estos testigos fue que en sus averiguaciones llegaron a disponer de una foto de Luis Cobo enviada por fotocopiadora telefónica en la tarde del día 9 de mayo -seguramente antes de que se produjera la detención de los tres jóvenes- desde la Comandancia de policía de Santander. "Sí", dice uno de los testigos, "yo llevé exactamente esa foto, que era de Luis Cobo. La envió la comisaría de policia desde Santander al Gobierno Civil de Ciudad Real, porque la Comandancia de la Guardia Civil de esta ciudad no dispone de aparato de recepción. A mí me entregaron esta foto ya el día 9, de noche. En la foto aparecía Luis Cobo con barba y bigote y representa la edad de los 30 años".

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