Calvo Sotelo 'Pasará el testigo' tras las próximas elecciones

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, "pasará el testigo" tras las próximas elecciones, según afirmó anoche él mismo en la cena de clausura del ciclo de conferencias de la Fundación para el Progreso y la Democracia. Asimismo aseguró que "el próximo gobierno que surja tras las elecciones será de coalición" y que "yo no tengo ninguna intención de coalición y menos aún con el PSOE". Calvo Sotelo dijo que hay que intentar que el futuro gobierno poselectoral sea de mayoría parlamentaria y no de minoría como hasta ahora.

Entre los asistentes a la cena -que cerraba un ciclo de debates iniciado en septiembre de 1.981- se encontraban el ministro de la Presidencia Matías Rodríguez Inciarte, el diputado del PSOE Pablo Castellano, el diputado de Coalición Democrática Antonio de Senillosa, el secretario general de Comisiones Obreras Marcelino Camacho, el disidente del PCE y diputado del Grupo Mixto Ramón Tamames, el fiscal Jesús Chamorro y el sacerdote Martín Patino. Calvo Sotelo fue presentado a los más de 300 asistentes por el presidente de la fundación, el catedrático Matías Cortés, que hizo una breve intervención refiriéndose a la necesidad del centro.Intelectuales y políticos

La intervención de Calvo Sotelo supuso, prácticamente, un balance del tiempo que ha estado al frente de la presidencia del Gobierno, así como un análisis de las relaciones existentes entre el intelectual y el político. "Existen diferencias" afirmó, "pero éstas no deben impedir una relación frecuente. Cuando ésta no se da, y así ha sucedido en los últimos años, la política sigue un vuelo rasante, en las cámaras se nota la falta de verbo político y el intelectual se aloja en un aislamiento no siempre espléndido".

Tras señalar que él es un político sensible a los intelectuales, aseguró que ha querido traer sosiego y racionalidad a la política. Calvo Sotelo no olvidé criticar indirectamente a Adolfo Suárez con esta frase: "En un estado moderno, extraordinariamente complejo no todo es populismo, no todo es calor de opinión pública. Pero sé que aquellos rasgos acaso más propios del intelectual que del político dan una imagen pública de impasibilidad e hieratismo que tantas veces se me atribuye".

A continuación, Calvo Sotelo recordó las circunstancias existentes en España cuando él accedió a la presidencia del Gobierno en febrero de 1981 y que eran la servidumbre de un gobierno minoritario, un golpe fracasado y su contexto militar, el juicio y la vista oral que prolonga la sombra del 23-F, el terrorismo y su técnica implacable de la presión regulada, la crisis económica y el proceso autonómico, ambiguamente regulado en el título octavo de la Constitución.

Voluntad de progreso y democracia

El presidente del Gobierno afirmó en su discurso que "las huellas del golpe militar no están, no han estado nunca, en la obra del Gobierno, aunque si, a veces, en algunas mentes conformadoras de la opinión pública". "No hay tampoco en la obra del Gobierno", aseguró, "huellas de derechización como tópicamente se ha dicho sino voluntad de progreso y de democracia".

Calvo Sotelo se quejó también de las "inclemencias de los partidos que tan directamente conozco y tan directamente he padecido". Posteriormente afirmó que el Gobierno ha gobernado y ha tomado la iniciativa sin desviarse de la línea trazada por el partido que le apoya. No obstante, reconoció que aunque el Gobierno "ha cometido errores por candor o por ardor, también los ha cometido la oposición" y calificó de "programa de gobierno lamentable" algunas proposiciones de ley presentadas por el Partido Socialista.

En cuanto a la crisis de Unión de Centro Democrático, Calvo Sotelo dijo que "el centro sigue siendo necesario para la estabilidad política de la democracia española y yo sigo creyendo en él como fuerza política autónoma e importante en el mapa político español". El presidente dijo que nunca pertenecerá a una fracción de UCD y lanzó una crítica a la propia política informativa del gobierno y el partido en el poder.