El abandono de UCD del liberal Eduardo Merigó inicia una nueva serie de fugas en el partido centrista
Coincidiendo con la reanudación de los encuentros de la llamada trilateral de UCD -compuesta por Adolto Suárez, Landelino Lavilla y Leopoldo Calvo Sotelo-, -se han intensificado los proyectos de abandono del partido centrista. Un sector de los democristianos y otro de los liberales se dispone a abandonar UCD en el curso de las próximas semanas, como muestra de disconformidad, ante lo que un liberal calificó de Intento de coalición poselectoral con el PSOE". La fuga de Eduardo Merigó, anunciada ayer, puede abrir la vía de la marcha de UCD de otros significados liberales como Antonio Fontán y Joaquín Muñoz Peirats.
Suárez, Lavilla y Calvo Sotelo se reunieron ayer por la mañana en el palacio de la Moncloa, siguiendo así la recomendación expresada el pasado sábado por el Comité Ejecutivo centrista, en busca de soluciones para salvar de la ruptura al partido en el Gobierno. El encuentro se desarrolló dentro de la mayor reserva, ya que ninguno de los tres desea que la opinión pública conozca los temas abordados, antes de que éstos sean tratados hoy en una nueva reunión del Comité Ejecutivo, del que saldrá la fecha de convocatoria del consejo político. La trilateral tenía prevista anoche una nueva reunión y no se descarta otro encuentro para hoy por la mañana.Desacuerdos en la Moncloa
En medios centristas se asegura que son pocas las cosas que el triunvirato puede ya negociar; Calvo Sotelo considera que ha hecho importantes concesiones a las exigencias suaristas y Lavilla se mantiene en su habitual tónica de prudencia y silencio. Así, el encuentro de ayer en la Moncloa duró poco más de una hora, de donde los citados medios centristas deducen que apenas se trató sobre una "combinación de nombres" para la secretaría del partido y, acaso, para una próxima remodelación ministerial, considerada "cada vez más necesaria".
Sin embargo, persisten, de acuerdo con una fuente próxima a Calvo Sotelo, dos temas de fricción: el deseo de Suárez de formar un partido bisagra, "pequeño pero disciplinado", sin especial vocación de obtener mayoría en las próximas elecciones, y la tendencia, también alentada por los suaristas, a formalizar algún tipo de ,acuerdo poselectoral con el PSOE, lo que contradice claramente la afirmación de Calvo Sotelo: "Jamás entregaremos el poder a los socialistas".
La idea del partido bisagra también es duramente combatida. Así, uno de los más tenaces partidarios del "movimiento regeneracionista" de UCD, Arturo Moya, afirma que "nuestro objetivo es evitar que UCD se convierta en un partido bisagra. Nadie dice quererlo, pero se está propiciando esta actitud: cuando se preconiza un partido de veinte o treinta diputados, o se cierra antes de la posibilidad de que UCD pueda mantener acuerdos con otros partidos en determinadas regiones, como Navarra, Cataluña o el País Vasco, o cuando no se dice claramente que no queremos gobernar con el PSOE". Los regeneracionistas constituyen alrededor de medio centenar de militantes, entre los que se encuentran, además de Moya, Jaime Ignacio del Burgo, Blas Camacho, Arturo Romaní o Javier Tusell. Esto indica que las relaciones entre los tres líderes ucedistas se basan en lo que se ha calificado como "un equilibrio inestable", y que les resulta difícil llegar a un acuerdo. A las divergencias sobre los dos temas citados, habría que añadir el veto de Suárez a los azules, hoy aliados de Calvo Sotelo.
Merigó, vicepresidente del club liberal de Madrid, que lidera Antonio Garrigues Walker, anunció ayer que abandonaba el partido centrista. En una carta dirigida a Leopoldo Calvo Sotelo, Eduardo Merigó declara que las resolucion es adoptadas por el Comité Ejecutivo de UCD el pasado sábado están en contradicción con la defensa de la ideología "que en teoría formaba parte del bagaje ideológico de UCD". Por ello, dice Merigó, "opto sin dudarlo por la presencia en la Federación de Clubes Liberales, y ruego se acepte mi baja como miembro del consejo político y como militante del partido". El anuncio de Merigó se hizo precisamente coincidiendo con el encuentro del triunvirato y a pesar de los ruegos de que pospusiese su decisión hasta después de la reunión del consejo político.
La salida de Merigó es la primera de lo que podría ser una serie de abandonos por parte de un sector de los liberales actualmente dentro de UCD. Luis Miguel Enciso, miembro del Comité Ejecutivo y portavoz de este sector liberal, defendió ante este organismo directivo un voto particular pidiendo que se acepten las tendencias internas en el partido. Enciso, junto con una docena de parlamentarios centristas, entre ellos Antonio Fontán o el diputado valenciano Joaquín Muñoz Peirats, está considerado muy próximo a Garrigues, y en medios de la ejecutiva ucedista se juzga muy probable que-todos ellos sigan en fecha no lejana los pasos de Merigó. Muñoz Peirats declaró que, para el cambio necesario en UCD, el partido se debe conformar en tomo a dos ideologías: la liberal y la democristiana. "Entendemos que ya no se puede vivir conjuntamente con otras ideologías, como son la conservadora, la socialdemócrata o la populista-reformista", agregó el diputado valenciano, dando a entender que la fuga tendría lugar no mucho después de la reunión del consejo político. Otro sector liberal, encabezado por Ignacio Camuñas, y al que se habría incorporado recientemente la ministra Soledad Becerril, se muestra partidario de mantenerse en UCD, aliado con los suaxistas.
La conexión Alzaga-Garrigues
También el sector democristiano de Oscar Alzaga podría iniciar esta misma semana su salida de UCD, formando partido propio -se denominará, probablemente, Demócrata Popular- y estudiando una coalición con Alianza Popular, de Manuel Fraga. Esta coalición no está, contra lo que todos pensaban, definitivamente concluida, y lo que sí parece claro, por el momento, es que Alzaga y sus seguidores -unos quince parlamentarios, encabezados por el diputado, asturiano Luis Vega Escandón- se mantienen en estrecho contacto con Garrigues, y nada tendría de extraño que ambos grupos acabasen por adoptar una posición común ante las elecciones legislativas. De momento existe incluso una similitud en los nombres previstos: Partido Demócrata Polpular, para el grupo de Alzaga, y Partido Demócrata Liberal, para el de Garrigues.
Los cálculos más optimistas hechos en el cuartel general centrista, en la calle de Arlabán, indican que, en total, no más de treinta parlamentarios, entre democristianos y liberales, podrían consumar su, salida de UCD tras la reunión del consejo político. Más de una veintena de tales parlamentarios son diputados, lo que situaría al grupo centrista en el Congreso de los Diputados en un total de 129 escaños. Sin embargo, el compromiso al que pretenden llegar tanto los partidarios de Alzaga como los liberales consiste en no abandonar el Grupo Parlamentario de UCD hasta que concluya la legislatura.
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