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No hay trabajo en Londres para las 'au pairs' españolas

Andrés Ortega

Au pairs, cuidado. El Reino Unido no es el país de jauja. La situación de las aupaírs (cuidadoras de niños a cambio de cama y comida) ha empeorado en los últimos veinte meses. El problema se ha agudizado, pues mientras caía la demanda de aupairs seguía creciendo el número de ellas que llegan esperanzadas al Reino Unido. ¿Cuántas au pairs españolas hay en este país? Imposible de decir porque no se lleva un registro.

Las autoridades españolas no las consideran como trabajadoras. Por citar dos ejemplos, las au pairs alemanas cuentan con una agregada consular en Londres dedicada exclusivamente a ella. Las austriacas, que no son miembros de la Comunidad Económica Europea, tienen también una potente organización. Las españolas tienen que acudir, para resolver sus problemas, a organizaciones católicas, al Spanish Welfare Fund o a una de las 825 oficinas de Consejos Ciudadanos que existen en el país.El problema no suele ser el de la niña bien española que llega de au pair, apoyada financieramente por su familia. El verdadero problema es para las otras, la gran mayoría. El abanico de edad se ha reducido. Para ser au pair hay que tener entre diecisiete y veinticinco años. Hasta hace poco, las autoridades británicas aceptaban au pairs de hasta 35 años de edad. El período de residencia oscila entre seis meses y dos años. Los problemas empiezan en inmigración, al llegar al aeropuerto. Es cuestión de suerte, del vestido o de la cara.

Pero muchas llegan sin permiso, es decir, sin una carta de las familias dirigida a ellas o con cartas falsificadas. Algunas agencias cobran 8.000 o 10.000 pesetas por proporcionar casas que no existen. El aduanero decide entonces telefonear a la familia donde, en principio, va a trabajar la joven y viene la sorpresa. Algunas se olvidan de apuntarse en la policía, formalidad absolutamente obligatoria y que cuesta, por cierto, unas 4.000 pesetas.

Luego está el problema de la explotación. En cualqueir caso, apuntan las organizaciones españolas católicas, más vale salir de Londres que quedarse en la capital. La cuestión de la explotación es de nuevo cuestión de suerte. Abundan las historias de horrores, de familia que se aprovecha de las au pairs en todos los sentidos de la palabra. El Ministerio del Interior británico ha estipulado unos salarios que ascienden a quince libras (3.000 pesetas) por sem ana. No es mucho en este caro país. Pero a algunas les pagan la mitad. A otras el doble, lo que puede resultar inaceptable para inmigración.

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