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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La historia de un comunista

En una noticia publicada en EL PAIS del pasado día 8 de junio se vierten sobre mí afirmaciones que menguan mi honor y faltan a la verdad. Dicha noticia pretendía narrar la reunión del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España (PCE), al cual pertenezco, celebrada en la fecha mencionada.En la misma se me atribuían determinadas posturas cuya coherencia se avala haciendo constar que yo era un hombre del equipo del PCE en el exilio.

Ingresé (en Madrid) en el PCE en el año 1950. Participé en la oposición sindical como enlace electo ya en 1953. En 1961 era responsable de propaganda de la organización de Ventas. Tal actividad desencadenó una redada por la policía político social, que culminó el 8 de agosto de 1961, de la cual, excepcionalmente, logré escaparme. El tribunal militar, presidido por el coronel Eymar, que incoó el proceso lanzó sobre mí una orden de busca y captura, recogida por los principales diarios de la época, y me juzgó en rebeldía en aplicación de la ley de Bandidaje y Terrorismo. (Con ocasión de unas anunciadas medidas de gracia por el año 1966 solicité, por medio de un abogado comunista, del excelentísimo señor capitán general de la I Región Militar de Madrid regularizar mi situación, y se me respondió: "Se encuentra declarado en rebeldía en causa número 1107/6 1, por decreto auditoriado de 1961, cuyo procedimiento se instruyó contra el citado y otros -ya condenados a diversas penas- por delito de rebelión militar, comprendido en los números 1º y 2º del decreto de 1974 de 21 de septiembre de 1960, en relación con el número 5 del artículo 286 del Código de Justicia Militar).

En dicho proceso tuve el dolor de ver condenado a mi hermano Luis. Durante ese tiempo, lógicamente, permanecí en la clandestinidad en Madrid, hasta que en 1961 logré salir a Francia.

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Regresé clandestinamente a España en 1964, poco después del asesinato de Julián Grimau, a pesar de seguir pesando sobre mí la mencionada orden de busca y captura. Estuve trabajando después en la reconstrucción del partido en Cantabria y Galicia, región en la cual tengo el honor de ser miembro fundador del Partido Comunista de Galicia, a raíz de cuya constitución pasé a Castilla y Extremadura. Estando dedicado a la organización del PCE en Castilla la Vieja, me cogió la salida a la luz pública del partido, como también consta en la Prensa del momento y también la legalización.

Desde la legalización del PCE hasta el momento actual resido en Madrid, tratando de llevar adelante de la mejor manera posible los sucesivos trabajos que me ha encomendado el partido.

Así es que de los 52 años de mi vida sólo tres escasos he pasado en Francia, y quiero recordarles que durante los mismos viví de mi salario, trabajando en mi profesión en diferentes empresas del país vecino.

En tales circunstancias, ¿ustedes piensan que soy un hombre de la emigración dentro del PCE? Quizá si no hubiera querido a mi país como lo he querido, me hubiera transformado en ello, pero estas circunstancias me han tenido y me tienen en España. Por eso me duelen áfirmaciones tan grauitas y que tanto faltan a la verdad./

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