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El interbancario afectó negativamente a las bolsas

Los bancos y las compañías eléctricas, sectores que se habían constituido en el último bastión bursátil de resistencia frente a la creciente acción de los vendedores, se derrumbaron en las reuniones de ayer con notable estrépito, mientras que las últimas órdenes de compra de retiraban a toda prisa, y se enfilaba el fin de semana, marcado por unas perspectivas bastante sombrías.La creciente subida de los tipos de interés en el mercado interbancario nacional, que el pasado jueves superaron ampliamente el 20%, y que ayer se establecieron en un 17,565% a tres días, es decir hasta el próximo lunes, han ejercido una influencia acusadamente negativa sobre los mercados de valores. Los últimos anirnadores que mantenían el testigo inversor en los valores de renta variable, las instituciones, se han encontrado con el dilema de mantener sus posiciones en el mercado bursátil, con todas las incertidumbres a corto plazo que ello conlleva, o colocar sus excedentes de tesorería a corto plazo en el mercado interbancario, que evidentemente ofrece mayores condiciones de liquidez y rentabilidad, y muy similares en cuanto a las garantías aportadas.

Así, los volúmenes de títulos puestos a la venta han manifestado una progresión creciente, que resultaba muy similar a, la menor presencia de órdenes de compra que se generaban. Incluso el grupo bancario, que es perfectamente capaz de vañar por si mismo cualquier trayectoria lógica del mercado, se ha visto obligado a plegarse a la realidad poco favorable de las bolsas, y, en general, se han visto obligados a contentarse con mantener sus cotizaciones anteriores.

Ni siquiera el Banco de Santander, con diferencia el más aguerrido de los contendientes bursátiles, ha sido capaz de mantener la trayectoria alcista que le atribuían los especialistas. Es cierto que su importante repliegue de ayer -perdía ocho puntos en el mercado madrileño- no puede ser catalogado de derrota, pero no es menos cierto que posiblemente en los cálculos de sus responsables no entraba la posibilidad de que en la segunda reunión en la que marcaba cambio se le generase un saldo vendedor superior a los 70.000 títulos.

La necesidad, o quizá mejor dicho, las intenciones que se le atribuían al banco montañés, de afrontar su ampliación de capital con el precio de sus acciones viejas en posiciones superiores al 360%, le hacían acreedor a una mejora en los cambios de sus títulos, que por el momento se ha visto truncada por la nerviosa acción de los vendedores. La estrategia inicial, que aparentemente había acometido el Santander, y que se resumía en capitalizar todas las órdenes de compra que acudieran al cebo de la ampliación marcando sucesivas posiciones al alza de dinero sin operaciones, ha sido sustituída sobre la marcha por la necesidad de proceder a limpiar el mercado de las impurezas vendedoras, como ocurría ayer, para darse capacidad de proyección en las próximas reuniones.

En el grupo eléctrico, que se movió dentro de unos niveles de contratación más que aceptables, se recrudecieron las tensiones vendedoras, hasta el punto de que las bajas afectaron tanto a las sociedades que ya habían pagado sus dividendos, como a las que todavía no han hecho efectivo el importe de sus retribuciones a sus accionistas.

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