El pintor Antoni Clavé expone su obra gráfica en el Centre d'Etudes Catalanes de París
El artista catalán confirma su magisterio de alquimista en procedimientos artísticos
El Centre d'Etudes Catalanes de París, adscrito a la Universidad de la Sorbona (París IV), presenta en su sala de exposiciones una gran exposición de la tarea gráfica de Antoni Clavé, pintor catalán (Barcelona, 1913) que ha renovado profundamente los usos y costumbres tradicionales dentro de las artes de la estampación y la calcografía en general. IA muestra, localizada muy cerca del Centro Pompidou, en pleno barrio del Marais, cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat, que propicia este reencuentro del artista con ese público incondicional que desde los años cuarenta sigue de cerca el desarrollo de la carrera de Clavé, actualmente instalado en Canobiers, junto a Saint Tropez.
Paralelamente a su importante labor pictórica, Antoni Clavé ha desarrollado una destacadísima tarea gráfica, que ha renovado profundamente los usos y costumbres tradicionales dentro de las artes de la estampación y la calcografía en general. Ello era previsible a tenor de su pasión y constante interés por las técnicas, los procedimientos artesanales y la calidad expresiva de los materiales.Es precisamente esta faceta de Clavé la que el Centre d'Etudes Catalanes de París, adscrito a la Universidad de la Sorbona (París IV), ha elegido para presentar en su sala de exposiciones, con el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat. En pleno barrio del Marais, a poquísimos metros del Centro Pompidou y en un recuperado edificio histórico, Clavé vuelve a tomar contacto con ese público incondicional que desde los años cuarenta sigue de cerca el desarrollo de su carrera, pese a que actualmente tenga instalado su estudio y su residencia en Canobiers, junto a Saint Tropez.
Antoni Clavé, nacido en Barcelona en 1913, forma parte de este importante colectivo que, salido de la Península, se instala en la capital francesa y aporta lo más lúcido de su creación a la llamada Escuela de París. Creo que aún está por organizar la exposición hispano-francesa que ponga de relieve el papel jugado por Alcalde, Bores, Fin, Grau Sala, Guansé, Lagar, Parra, Peinado, Valls, Pelayo, Pruna, De la Serna, Vilató y, lógicamente, Pablo Picasso, entre muchos otros.
Clavé ha sido de los más reconocidos y aceptados desde el primer momento, ya fuera en el campo pictórico como en el de la ilustración de libros y en el de la escenografía. Incluso la leyenda le atribuye, durante los años cincuenta, un éxito tan clamoroso que llegó a existir una lista de espera pendiente de su obra. La culminación de este reconocimiento se da en 1978, cuando el Musée d'Art Moderne de la Ville de París le dedica una gran retrospectiva, a lo largo de los meses de verano, que incluía pintura, collage y grandes tapices, de 1958 a 1979. Quedó pendiente el Clavé grabador, que ahora es exhibido en toda su riqueza.
Ya en 1978, Roger Passeron, en un libro consagrado a la obra gráfica de Clavé, que publicó el Office du Livre de Suiza, destacó el énfasis artesanal de su calcografía y puso de relieve su pasión por conocer los múltiples secretos propios de las técnicas y las artes del grabado. Una vez más constatamos esa realidad. Clavé, en un momento determinado, supo aliar dos inquietudes muy propias de su tiempo, el afán experimentador de las vanguardias y su propio espíritu investigador de técnicas y recursos capaz de enriquecer sus creaciones plásticas. Es así como nace un grabado nuevo, heterodoxo, rico en color, acabados y texturas, que abre las puertas a una nueva dimensión dentro de la creación gráfica.
Es precisamente en París, en el taller de Edmon Desjobert, donde se inicia en la litografía. Años más tarde aprenderá a trabajar el cobre y sus diversos procedimientos calcográficos. Posteriormente se interesará por el carborundum, los relieves a gran presión y otros recursos que, sin nombre determinado, contribuirán a ampliar las posibilidades convencionales de la gráfica.
Si en sus orígenes los grabados de Clavé hicieron referencia a los seres de su mundo: guerreros, caballeros, reyes, reinas, personajes del Greco, etcétera, poco a poco estas referencias irán desapareciendo para dar mayor autonomía al grabado y a sus recursos tectónicos.
En el catálogo de la exposición antológica que le dedicó la Dirección General de Bellas Artes, en diciembre de 1980, en Madrid, Alvaro Martínez Novillo decía con precisión que, más allá de su aportación a la pintura, el magisterio de Clavé se ha proyectado de forma indeleble en el grabado: "El ha realizado la verdadera revolución calcográfica de nuestro tiempo. Ante las dificultades técnicas de este oficio, quizá el más artesanal de todas las artes, los creadores se plegaban en su obra gráfica, por más revolucionarios que fueran, a las formas tradicionales, posiblemente con las solas excepciones de Goya y Picasso.
Pero Antoni Clavé ha dado al grabado las grandes superficies de color y relieve. A partir de su obra, las posibilidades del grabado han variado totalmente".
Los grabados (1965-1980) ahora expuestos en París ponen de manifiesto un cierto sentido del misterio, algo patético y de raíz hispana que muchos relacionan con lo barroco y con el trágico sentido de la existencia. Pero, como Pierre Cabanne comenta, detrás de estas cenizas y de este oscurantismo hay una luz, un fuego naciente, un resplandor solar. Realmente es así, detrás de las grandes masas oscuras o negras siempre aparece una detonación blanca, azul, roja, verde, que da vida e intensidad a cada una de sus composiciones.
Con este motivo, la Generalitat de Cataluña ha editado un espléndido catálogo a todo color, en el que se relacionan 101 grabados del artista ejecutados entre 1965 y 1980, la etapa más experimental y rica de Clavé. Los estudios introductorios corren a cargo de Pierre Cabanne y Francesc Miralles.
Con la exposición de 1980 y con la actual, Clavé se confirma en Francia -su país de residencia desde 1939-, como un creador de cuerpo entero, uno de los alquimistas más eximios de los procedimientos artísticos aplicados al arte contemporáneo.
Babelia
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