150.000 personas se manifiestan por la paz en Bonn

Bajo el lema Levantarse por la paz, 150.000 personas, jóvenes en su mayoría, se manifestaron pacíficamente en Bonn, en un parque situado a la orilla derecha del Rhin, mientras en la margen izquierda se reunía la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El conglomerado de gente que acudió a la manifestación pacifista de Bonn, convocadla por 1.900 organizaciones diferentes, abarcaba desde macrobióticos a grupos del Hare Krisna, españoles emigrantes, afiliados al partido comunista y el diputado Karl-Heinz Hansen, que ayer silbó con un pito al presidente norteamericano Ronald Reagan en el Parlamento federal (Bundestag).Desde primeras horas de la mañana los veintidós trenes especiales y 2.000 autobuses empezaron a soltar decenas de miles de jóvenes que ocuparon completamente la margen izquierda del Rhin, el barrio de Beuel quedó completamente cortado al tráfico rodado y testarudos políticos, carentes de experiencia y conocimientos de la ciudad, contribuían a aumentar el caos.

Bonn parece, desde la llegada de Reagan, una ciudad en estado de sitio. Se calcula que estos días están en funciones hasta 17.000 policías, llegados de los puntos más remotos de la República Federal de Alemania.

En un puesto de paella, emigrantes andaluces, afiliados al partido comunista español, vendían e producto de sus artes culinarias. Junto a ellos el diputado Hansen explicaba su acción del día anterior en el Bundestag cuando pitó a Reagan. La policía de Bonn informó a este periódico que "el número de manifestantes es inferior a la cifra dada por los organizadores" (250.000).

La policía informó que un hombre de 36 años se cortó el cuello, se roció con gasolina y se prendió fuego al mediodía de ayer, en medio del parque donde se celebraba la manifestación. El suicida fue ingresado en gravísimo estado en un hospital y, según la policía, "todavía no murió". Los organizadores de la manifestación pacifista de Bonn declararon que "no organizamos un festival anti Reagan" y "el movimiento pacifista no es antiamericano. Estamos unidos a gran parte del pueblo norteamericano, no con la política del actual Gobierno".

Entre los oradores del mitin pacifista habló la española Marisa Rodríguez Mojón, que se presentó como secretaria general del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, y dijo que España había estado ocupada cuarenta años por su propio Ejército y veinte años por las bases norteamericanas, y "ahora se nos mete en la OTAN sin celebrar un referéndum".

La representante española dijo que hay dos Españas, "la oficial y la real", y añadió que "la España real ama la paz, la prosperidad y quiere vivir en solidaridad con otros pueblos".

Reagan fue acusado en muchas pancartas de los manifestantes como Lobo venido a Europa con piel de cordero. Al lado de pancartas contra Reagan, había muchas con el eslógan Convertir las armas en arados en el Este y el Oeste.

Entre los manifestantes no faltaban soldados del Ejército federal alemán en uniforme, que deberán afrontar ahora las sanciones por su acción.

El reverendo Davidson, representante del movimiento pacifista norteamericano, se dirigió en su discurso a Reagan y Breznev y dijo que "los jefes de la OTAN hablan ahora de paz. Esto es mejor que la retórica belicista del pasado, pero las conversaciones no son un sustitutivo para el desarme. Yo vengo aquí con un mensaje de la Campaña para Congelar las Armas Nucleares. Con vosotros, queremos decirles a los líderes de la OTAN: 'Ha llegado la hora de parar la carrera de armamentos'".

La catedrática de Teología Dorothee Soelle dijo en su discurso que "nuestros pies tocan el suelo, la vieja madre Tierra está todavía aquí. No se han abierto los cráteres y la Tierra todavía no se ha convertido en ceniza y escorias. Todavía tocamos la vieja Tierra que nos da fuerzas".

La teóloga siguió: "Mirad al cielo. Todavía nos protege la capa de ozono de la atmósfera. Todavía respiramos. Todavía no están evacuados unos pocos y protegidos en los bunkers y otros destruidos a costa de los megatones. Todavía está el cielo encima de nosotros. Sentid la fuerza que llega del cielo". A última hora de la tarde todavía llegaban oleadas.