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La invasión israelí de Líbano

Beirut se encuentra al alcance de la artillería israelí

Las fuerzas israelíes se encontraban ayer a una veintena de kilómetros al sur de Beirut y se disponían a tomar la ciudad costera de Damur, a diecisiete kilómetros de la capital libanesa. Sin embargo y pese a la penetración de las columnas hebreas por la costa y el centro, continúa sin lograrse el objetivo de que las aldeas de Galilea queden fuera del alcance de la artillería palestina que, protegida por los sirios en el valle de Bekaa, sigue hostigando a la población judía de esa.

Ayer hubo enfrentamientos entre fuerzas isarelíes y sirias en los que fueron derribados siete aviones, seis de ellos sirios.Los aviones y las cañoneras israelíes estacionadas frente a las costas libanesas centraron sus ataques en Sidón y en las posiciones palestinas en la ciudad costera de Damur -uno de los puntos de concentración de las fuerzas palestino-progresistas- al tiempo que fuerzas aerotransportadas eran lanzadas en el interior, al sureste de este punto, desde donde se puede acceder al monte Líbano, que domina el valle de Bekaa.

Esta llanura, en la que se encuentra Beitedin, es cruzada por una carretera que constituye un importante eje norte-sur que atraviesa las montañas. Beitedin se halla a 15 kilómetros de la costa y a 24 kilómetros al sureste de Beirut y fue ocupada en la mañana de ayer. Desde esta zona montañosa partió una columna de 20 blindados hacia Damur, en una operación que pretende establecer una tenaza sobre la región de Damur, cogida entre el fuego de las fuerzas que avanzan por la costa y la propia columna.

Aviones israelíes atacaron también Yesin, localidad situada a 35 kilómetros al este de Sidón que en la actualidad permanece controlada por los soldados sirios de la Fuerza Arabe de Disuasión.

En Sidón se desarrollaron los combates más duros de la jornada y la ciudad, según la agencia de noticias palestina Wafa y la radio oficial libanesa, ha quedado destruida tras toda una noche de bombardeos artilleros y aéreos por parte israelí. La agencia de noticias palestina informó que desde el comienzo de la ofensiva los israelíes, que en la actualidad mantienen en Líbano 60.000 soldados, han perdido 520 hombres.

Beirut volvió a ser bombardeada a la largo del día y durante una de estas acciones quedó destruida una estación de radares perteneciente a la FAD.

El dilema de Beguin

Para Israel el riesgo procede de las fuerzas sirias destacadas en Líbano. La invasión israelí fue justificada por la necesidad de poner fuera del alcance de la artillería palestina las aldeas fronterizas israelíes, pero ayer Galilea fue atacada nuevamente por los obuses palestinos estacionados en el valle de Bekaa, reducto de los soldados sirios. Menájem Beguin, quien no quiere atacar a los sirios por temor a que el conflicto adquiera dimensiones incontrolables, aparece así situado ante un grave dilema. La penetración israelí por el este hasta Nabatieh, Achieh y Kaukaba, lo mismo que la toma de Jasba ya, ha puesto a las fuerzas israelíes virtualmente en contacto con los sirios sin que se haya logrado callar a la artillería palestina.

Con ello el profundo avance en territorio libanés tanto por la costa como por el centro se muestra prácticamente ineficaz y, de no cambiarse los objetivos, cosa poco probable, crece el riesgo de una confrontación directa con los sirios. El peligro de una extensión del conflicto fue ilustrado ayer por los duelos aéreos que mantuvieron sirios e israelíes tanto sobre el cielo de Beirut como en la zona norte israelí, territorio sobre el que cayeron dos de los Mig sirios derribados.

Por parte israelí se trata de minimizar estos enfrentamientos aéreos y artilleros pero los observadores hacen notar que las tropas israelíes están en condiciones de establecer una tenaza sobre el valle de Bekaa desde el sur y desde las posiciones ocupadas en Beitedine. No se descarta que el ministro israelí de Defensa, Ariel Sharon, esté esperando colocar todas sus fuerzas en la posición idónea para más tarde provocar a los sirios e intentar, desde una situación de fuerza, hacer realidad uno de sus mayores deseos, expulsar definitivamente a los sirios de Líbano y dar el poder a las fuerzas cristianas agrupada en torno a Bachir Gemayel.

El Ejército libanés continúa sin entrar en acción a pesar de que ayer fueron bombardeadas dos de sus cuarteles al este de Sidón y de que otro cuartel en la misma ciudad quedó prácticamente destruido, lo mismo que el existente en Beitedin. El lunes se especulaba con su intervención en el conflicto

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