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Debate en el Congreso sobre el síndrome tóxico

Duras críticas de los socialistas al Gobierno en el primer día de debate sobre el síndrome tóxico

La primera parte del debate sobre el síndrome tóxico, iniciado ayer en el pleno del Congreso y que concluirá esta tarde estuvo dedicada al examen de las conclusiones aprobadas por la Comisión de investigación Congreso-Senado creada en septiembre de 1981, con ocasión del denominado Pleno de la colza. El mayor apoyo a la acción del Gobierno en relación con el envenenamiento masivo procedió de la Minoría Catalana, seguida del propio grupo parlamentario centrista y de Coalición Democrática (CD). Las mayores críticas fueron obra del grupo socialista, especialmente a través de la intervención del diputado Ciriaco de Vicente, quien arrancó el único aplauso de la tarde, iniciado en los escaños de la izquierda y secundado en parte de las tribunas del público, ocupadas por algunos representantes de los afectados.

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El presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, advirtió al público de las tribunas que debía abstenerse de cualquier manifestación, o de lo contrario serían desalojados. El tono de la intervención de Ciriaco de Vicente había sido lo suficientemente vibrante como para estimular a los asistentes al debate. Sus últimas palabras fueron para pedir que los ocho meses de trabajo de la Comisión parlamentaria no deben convertirse "en un panteón para enterrar la 1,inayor catástrofe sanitaria de este país". En la intervención del diputado socialista, sólo cuatro de las veinticuatro conclusiones aprobadas por la comisión mixta afrontan problemas reales de los afectados, mientras que el resto se limita a juicios de valor, en unos casos negativos para el Gobierno, "porque cuando se votaron no estaban todos los representantes de UCD", y en otros laudatorios para el Gabinete.Ciriaco de Vicente dejó constancia de la radical discrepancia de su grupo con la mayoría de las conclusiones y propuso que la Cámara apruebe medidas para resolver todos los problemas, sin entrar, como ha hecho la comisión mixta, en definiciones o pronunciamientos científicos. "Esto no es una real academia de medicina, sino una cámara política", dijo. El portavoz socialista manifestó que de aceptarse las propuestas de su grupo no se propiciaría una victoria del PSOE, ya que sus iniciativas son "el punto de confluencia de médicos, científicos, trabajado res sociales, afectados y hasta funcionarios a quienes el Gobierno no ha hecho ni caso". Recordó que el Gobierno tuvo antes que la comisión, en enero de este año, un informe del doctor Evangelista, señalando problemas y proponiendo medidas, que no fue atendido por el ejecutivo y denunció la pérdida de tiempo de la comisión por culpa de la falta de colaboración gubernamental.

Finalmente, se refirió al plan de cincuenta medidas presentado por el PSOE como consecuencia de lo oído y trabajado en comisión, y que no han llegado a materializarse, a pesar de las promesas del Gabinete, que, en relación con el síndrome, "ha estado en huelga", aseguró el diputado socialista.

Por el mismo grupo, Javier Sáenz Cosculluela denunció la seria resistencia de la Administración a la investigación parlamentaria, as¡ como la negligencia del ejecutivo que tuvo indicios suficientes para detectar el fraude y no lo hizo. Anunció que los socialistas seguirán hasta el final en la depuración de responsabilidades. Por su parte, el socialista catalán Luis María Puig valoró asimismo como negativa la acción del Gobierno e insistió en la precariedad de los medios materiales con que ha trabajado la comisión, cuyos parlamentarios "a veces parecían detectives privados o espías". Acusó a los grupos que pretenden encubrir, según él, las responsabilidades de la Administración y situó como fondo del problema del envenenamiento masivo el sistema económico injusto y salvaje basado en el beneficio máximo y que sólo se puede atajar mediante la acción de un Gobierno que castigue a quienes cometan. acciones delictivas contra la población.'

Por el grupo parlamentario comunista, Miguel Núñez hizo una intervención conciliadora, mediante la que exhortó a que las conclusiones definitivas no se aprueben por una mayoría exigua y a que se tengan en cuenta las aportaciones de todos. Reconoció los aspectos positivos del trabajo de la comisión, pero aseguro que es preciso atender primordialmente lo que los afectados demandan, es decir, curación de su enfermedad, castigo a los culpables de la misma, y depuración de las responsabilidades de la Administración.

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Miguel Núñez se lamentó de las ausencias en los bancos del Parlamento en un debate de tanta importancia y denunció que Coalición Democrática, que no había participado en los trabajos de la comisión, encontrara ahora aceptables las conclusiones que la propia UCD pretende mejorar. Fraga replicó, por alusiones, que la participación de su grupo había sido negada y que; en su intervención, había realizado las críticas que su grupo consideraba necesarias a las conclusiones elaboradas por la comisión mixta.

Por el grupo mixto, Andres Fernández acusó de irresponsabilidad manifiesta a la administración en muchas de sus actuaciones, calificó de tercermundista la situación sanitaria española y de primaria nuestra investigación y recordó la promesa incumplida del presidente del Gobierno de dotar de medios materiales y humanos a la comisión parlamentaria.

Por el PNV, Andoni Monforte, criticó la actuación de la Administración y especialmente, pidió que se exigieran responsabilidades al ministro de Economía y Comercio. Apoyó la propuesta de que el Programa del síndrome pase a depender de Presidencia del Gobierno.

El diputado de la Minoría Catalana y ex centrista Joaquín Molins exhortó a los grupos a unas intervenciones constructivas, en beneficio de los afectados y que no perjudique a nuestro turismo, especialmente en relación con el inminente Mundial 82. Concretamente criticó que algunos medios de comunicación social hayan aireado algunas prevenciones de los extranjeros, como la del cocinero de la selección italiana, que anunció que traería a España aceite de su país, para evitar el envenenamiento.

Manuel Núñez invoca la "mayoría" de UCD

El ministro de Sanidad y Consumo, Manuel Núñez, se opuso con energía a la propuesta de que el pleno del Congreso repruebe su gestión en relación con el síndrome tóxico. El socialista Ciriaco de Vicente le contestó que su grupo no desea poner al Gobierno contra las cuerdas, sino solucionar los problemas de los afectados por el síndrome tóxico. Núñez contestó que UCD no necesita el apuntalamiento del PSOE, "porque tenemos la mayoría, la mayoría que gobierna", manifestó con tono titubeante, mientras se oían risas desde los escaños socialistas.

La última parte de la sesión del pleno del Congreso iniciada ayer sobre el síndrome tóxico, estuvo dedicada a la defensa de los votos particulares presentados por los grupos parlamentarios a las conclusiones de la comisión mixta Congreso- Senado. En la defensa de las 63 medidas propuestas por los socilistas, Ciriaco de Vicente señaló que las 61 primeras pretenden resolver los problemas sanitarios, sociales, de investigación, educativos, agrícolas, económicos ' familiares y laborales planteados por el síndrome tóxico y no resueltos por el vacío de la acción gubernamental. Añadió que las 61 medidas citadas son innegociables y que las 62 propone una reprobación de la gestión del ministro de Sanidad en relación con el síndrome tóxico.

El ministro citado subió a la tribuna de oradores para asegurar que el Gobierno ha cumplido sus obligaciones para atajar en lo posible el síndrome. Agregó que no entendía que se condicionara la reprobación a su persona como ministro de Sanidad a la aprobación de las otras 61 medidas socialistas.

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