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España pide a la CEE una mayor colaboración con Latinoamerica

Soledad Gallego-Díaz

España presentó ayer a la Comunidad Económica Europea (CEE) un importante documento negociador sobre relaciones exteriores en el que se fija la posición española respecto a los acuerdos comunitarios con terceros países y se reitera la petición de que en el tratado de adhesión de España figure una declaración común de intención en la que la CEE se comprometa a extender y reforzar su colaboración con Latinoamérica.La sesión de negociación a nivel de suplementos celebrada ayer en Bruselas es la última antes de la sesión ministerial que tendrá lugar el próximo día 21 y en la que España y la CEE deberían dejar cerrados, o al menos prácticamente cerrados, cinco capítulos de los diecisiete que componen la negociación global. Se trata de relaciones exteriores, CECA, unión aduanera, fiscalidad y Euratom.

No parece, sin embargo, que este proyecto pueda llevarse a la práctica y que, al menos, dos capítulos, unión aduanera y Euratom, quedaran para posteriores discusiones. En el caso de la unión aduanera, la Comisión Europea había preparado una propuesta, especialmente dura para España, puesto que contemplaba un período transitorio de sólo cinco años, cuando España reclama diez y cuando la misma comisión ha propuesto siete para Portugal. La tesis de la Comisión no encontró, sin embargo, apoyo entre los diez Estados miembros, que en algunos casos reclaman períodos transitorios incluso más cortos. Ante la falta de acuerdo interno, los diez decidieron, 48 horas antes de celebrarse la reunión de suplentes, que no entregarían su documento. Según informó el secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Raimundo Bassols, la CEE se ha comprometido a fijar su posición la semana próxima, pero parece muy posible que en el documento que entreguen los diez no figure una propuesta concreta de período transitorio.

En cuanto al capítulo de Euratom, Bassols señaló que España no tenía "suficientemente adelantado" el trabajo de preparación y que, probablemente, no sería siquiera planteado el próximo día 21. El principal problema que se dibuja para llegar a un acuerdo en este capítulo es la exigencia comunitaria de que España firme previamente el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares.

El documento sobre relaciones exteriores presentado ayer por España es prácticamente el definitivo, y en él se recogen de forma detallada las peticiones de derogaciones que necesita la economía española. Puede resumirse del siguiente modo:

Relaciones comerciales con los países del GATT: excepciones para ciertos productos sensibles durante un período transitorio y lista concreta de restricciones que exigiría el comercio con Japón.

- Relaciones con los países de comercio de Estado: lista de excepcíones, durante un período transitorio sin especificar.

- Relaciones con los países comprendidos en el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) que mantiene la CEE: la delegación española llama la atención sobre "las graves repercusiones que se podrían derivar para nuestra econornía de una aplicación íntegra e inmediata de los desarmes arancelarios previstos en el régimen comunitario, como consecuencia del nivel de desarrollo similar a España de algunos de los países beneficiarios del SPG".

- Comercio con los países de la EFTA: no sólo será necesario un período transitorio más largo, sino que España desea fijar techos para determinados productos sensibles (pasta de papel, cartón, aceros especiales) de forma que, por encima de ciertas cantidades, se volvería a los derechos plenos de aduana.

- Acuerdos con los países mediterráneos: España procederá a realizar las concesiones arancelarias previstas en los acuerdos firmados por la CEE "al mismo ritmo y con el mismo calendario que el que se acuerde para el desarme intracomunitario".

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