Mensaje del médico secuestrado en Bilbao a sus familiares

Los 1 familiares del dentista bilbaíno Luis Manuel Allende, secuestrado el martes por tres desconocidos, recibieron ayer un mensaje escrito en el que el secuestrado pide que se pague el rescate de quince millones exigido. Las dudas sobre la identidad de la banda autora del secuestro se mantenían ayer, 48 horas después del hecho.

Tanto la esposa como un hermano de Luis Manuel Allende reconocieron ayer, tras haberlo negado insistentemente la víspera, que su familiar había sido secuestrado. El hermano, abogado de profesión, es al parecer el representante de la familia encargado de las eventuales negociaciones con los secuestradores. Fuentes policiales indicaron ayer, por su parte, que oficialmente nadie había denunciado todavía el secuestro, "lo que no es óbice", precisaron dichas fuentes, "para que se hayan iniciado las investigaciones pertinentes".Los secuestradores han efectuado hasta el momento dos llamadas telefónicas a la familia. La primera, el miércoles por la tarde, para confirmar la exigencia de quince millones como rescate, y la segunda, a primera hora de la mañana de ayer, para comunicar que en una determinada papelera próxima al domicilio del dentista habían depositado una carta de éste. La carta contiene un llamamiento de Luis Manuel Allende para que la familia pague el rescate.

Aunque algunas fuentes del mismo medio profesional del doctor Allende señalaron que el contacto definitivo con los secuestradores estaba ayer por la tarde "a punto de producirse", otras fuentes próximas a la familia indicaron que todavía no se había determinado con precisión dónde y cómo hacer efectivo el pago.

Respecto a la autoría del secuestro, se mantenían ayer la incógnitas iniciales. Sin descartar la posibilidad de que pudiera tratarse de un comando de ETApm, fuentes policiales indicaron que algunos detalles, como la utilización de guantes de goma por los secuestradores o su cuidado en limpiar posibles huellas en los objetos que tocaron "parecen más propios de una banda de delicuentes comunes. Al menos son comportamientos no habituales en anteriores secuestros de ETA".

Por otra parte, la nota dejada por los secuestradores en la consulta del doctor Allende no iba propiamente firmada por ETA, como es habitual en acciones de esta organización, sino que incluía un sello, por lo demás fácilmente falsificable, de la misma. Compañeros del secuestrado manifestaron que no le creían amenazado.