Pro y contra la Argentina

El tratamiento que da EL PAIS al problema de las Malvinas me parece sectario, pues bajo su aparente neutralidad dan ustedes plena prioridad a los argumentos probritánicos en las cartas y comentarios que publican y que abundan en el carácter dictatorial de la Junta argentina en su empleo de la fuerza, etcétera.El conflicto de las Malvinas es asunto internacional, y en él sólo cuenta de manera: secundaria el carácter de los Gobiernos implicados. Sólo faltaría que las democracias, por el hecho de serlo, tuvieran bula para quedarse con territorios ajenos. La mayoría de las antiguas colonias viven hoy bajo dictaduras (impuestas a menudo, por cierto, por sus democráticas ex metrópolis), y la descolonización sólo ha podido abrirse paso empleando la violencia contra países hoy tan sospechosamente pacíficos como el Reino Unido o Francia (que utilizan las colonias que les quedan para sus pruebas atómicas). Todo lo cual no impide que la descolonización sea un proceso unánimemente reconocido como justo y progresivo.

La retención inglesa de las Malvinas proviene de un acto de fuer-

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za, y es en sí un acto de fuerza permanente. En los años sesenta, y bajo presión de la ONU, Londres se mostraba propicia a reconocer los derechos argentinos y las conversaciones pacíficas progresaban. Pero en el 1969, cuando se descubrieron importantes yacimientos petrolíferos en las inmediaciones de las islas, la actitud británica dio un giro total, boicoteando con arrogancia los intentos de arreglo pacifico./