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El endeudamiento del campo fue de 814.800 millones en 1981

El endeudamiento del sector agrario alcanzó durante 1981 la cifra de 814.800 millones de pesetas, lo que supone el 52,6% de la Producción Final Agraria (PFA), de acuerdo con los datos que se manejan en un estudio del Ministerio de Agricultura al que ha tenido acceso este periódico. En él se indica que los marcos y condiciones de los créditos ofrecidos son acordes con las necesidades de las explotaciones agrícolas y de ganado de leche.

En cambio las explotaciones de ganado de carne en régimen extensivo no disponen de marcos crediticios adecuados para su desarrollo, ya que precisan plazos de amortización y carencia más dilatados.En el período 1970-1981 la deuda del sector, en pesetas corrientes, se ha multiplicado por 5,55 y ha alcanzado la cifra de 815.000 millones de pesetas, mientras que la PFA se ha multiplicado por 4,48 hasta alcanzar el pasado año un valor de 1.547.000 millones de pesetas. Reduciendo estas cifras a pesetas constantes del año 1970, esos incrementos suponen el 46,75% y el 38,08% respectivamente.

La diferencia entre ambos porcentajes refleja un mayor avance del endeudamiento que de la PFA. Sin embargo, esta diferencia se debe en buena parte a la grave sequía que se produjo el pasado año cuando la PFA bajó en un 8,1% en relación con la misma magnitud del año anterior.

En el documento se establece también una relación entre las cifras del endeudamiento agrario y las de la PFA. Durante el período 1970-79 dicha relación se mantiene estable y próxima al 42%, subiendo 10,6 puntos durante los dos últimos años hasta alcanzar el 52,6% que se registra en 1981. De nuevo la mayor parte de tal incremento, 6,2 puntos se registró en el mismo año en que se empezaron a padecer las consecuencias de la sequía.

Las cifras recogidas en el informe elaborado en base a los datos proporcionados por la Secretaria General Técnica demuestran que en los años 1980-81 se registra una gran aceleración del endeudamiento agrario que se incrementa en un 46% con respecto al año 1979, lo que representa 255.000 millones de pesetas más de teórica deuda de los agricultores y de los ganaderos. "Sin embargo no es correcto establecer comparaciones entre esa masa de deuda y la PFA, ya que una gran parte de la misma no se destina a inversiones en el agro, ni siquiera a créditos de campaña".

Para realizar esta afirmación, los autores del informe se basan en que una buena parte del crédito de la banca privada, de las cajas rurales y de las cajas de ahorro, que las estadísticas califican como crédito agrario, no tiene en la realidad tal consideración, ya que aunque sus beneficiarios son agricultores y ganaderos, el destino que se da a los fondos es muy variado . Unas veces va a inversiones en el campo y otras se emplea en la adquisición de bienes y servicios de carácter general que no tienen incidencia en la PFA.

"La falta de desagregación estadística no permite conocer qué porcentajes se destinan realmente al campo pero es evidente que una gran parte no tiene ese destino. Solo el crédito oficial tiene una asignación estrictamente finalista, pero su cuota de mercado es cada vez más baja. De los 255.000 millones de pesetas citados, solo 28.000 corresponden a crédito oficial. La aceleración que experimenta el crédito privado y su variado destino origina así un distanciamiento progresivo de la relación crédito-PFA ya que, en realidad no son magnitudes comparables."

Capitalizar el campo

En el documento se reconoce la necesidad de capitalizar las explotaciones agrarias, lo que provocará un incremento de la PFA y una elevación de las rentas agrarias que se están deteriorando en gran parte por la falta de capitalización. Esta capitalización se debe hacer a través de la habilitación con carácter urgente de unas líneas de financiación. También es preciso que las inversiones sean productivas y rentables y que los créditos cuenten con plazos de amortización adecuados al período de maduración de cada inversión.Los marcos crediticios y condiciones de las líneas ofrecidas actualmente al sector son acordes a las necesidades de las explotaciones agrícolas y, a las de ganado lechero. Sin embargo para las explotaciones de ganado de carne en régimen extensivo no se dispone, salvo diversas excepciones, de marcos crediticios adecuados para su desarrollo, ya que estas explotaciones necesitan plazos de amortización y carencia más dilatados.

Estas medidas deberán completarse con otras tendentes a reducir el coste de los créditos de campaña y capital circulante, incidiendo en las actuaciones que se realizan a través del FORPPA y del SENPA, ya que el tipo de interés de la mayor parte del crédito privado que reciben los agricultores y ganaderos es muy elevado. También se recomienda tratar con especial sensibilidad las consecuencias que sobre las explotaciones agrarias se derivan de los actuales períodos de sequía.

Con este documento las autoridades del Ministerio de Agricultura salen al paso de las manifestaciones realizadas en diversas ocasiones por los dirigentes de la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) en las que se cifraba el endeudamiento del sector agrario en más de un billón de pesetas, lo que representaría el 70% de la Producción Final Agraria.

Por otro lado desde diversas medios del sector agrario, principalmente los sindicatos, se viene reclamando con insistencia la elaboración de la ley de Financiación Agraria, prevista en el programa de cambio del anterior ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa, sin que hasta el momento este redactado el anteproyecto.

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