China y Japón refuerzan su cooperación política
La visita que el primer ministro chino, Zhao Ziyang, realizará la próxima semana a Japón marcará el reforzamiento de la cooperación política de China con este país, que ya es el primer socio comercial de Pekín.
Esto es cuanto se puede deducir de las indicaciones proporcionadas por fuentes japonesas sobre las perspectivas de la visita de Zhao Ziyang que, juntamente con la que debe hacer a China el jefe del Gobierno japonés, Zenko Suzuki, en septiembre, constituirá la más importante de las manifestaciones organizadas con ocasión del décimo aniversario de la normalización de las relaciones chino-japonesas de 1972.Japón ha propuesto a China aprovechar la ocasión de la visita de cinco días de Zhao Ziyang para examinar todas las cuestiones internacionales de interés común, dominadas por la evolución de las relaciones chino-norteamericanas y chino- soviéticas, la cuestión de Camboya y la cumbre que reunirá a principios del próximo mes en Versalles a los dirigentes de los países occidentales industrializados.
"Se han aportado ya soluciones a las principales cuestiones bilaterales", señalan fuentes japonesas, subrayando que la más importante de ellas fue resuelta el año pasado con la concesión a China de un préstamo japonés de 300.000 millones de yens ( unos 130.000 millones de pesetas) a cambio de la reanudación de los proyectos de cooperación económica suspendidos por Pekín.
Por lo que se refiere a las cuestiones internacionales, los observadores constatan que la cooperación entre China y Japón va a intensificarse. Este fenómeno es particularmente notorio en lo que se refiere, en primer lugar, a las relaciones entre China y Estados Unidos, a propósito de las cuales Japón ha expresado claramente su preocupación ante los riesgos de un deterioro que derivaría de las divergencias entre Washington y Pekín a propósito de Taiwan.
Las conversaciones de Zhao Ziyang suscitan por parte de los observadores un interés tanto más vivo cuanto que se producen poco después de la visita a Pekín del vicepresidente norteamericano George Bush, que podría haber dado lugar al inicio de una solución.
En segundo lugar se encuentra la cuestión camboyana, en la que Japón figura cada vez más con el papel de intermediario entre China y los países no comunistas del sudeste asiático, en desacuerdo con las condiciones de la formación de una eventual coalición que reagruparía a los tres movimientos camboyanos en lucha contra el régimen provietnamita de Phnom Penh.
La cumbre de Versalles, sobre la cual los dirigentes japoneses quieren tener intercambios de puntos de vista con Zhao Ziyang, consideran que China está interesada en la misma a causa de los esfuerzos que realiza a favor del desarrollo económico y para los cuales cuenta con los países occidentales industrializados, especialmente con Japón.
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