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Agria polémica entre Euskadiko Ezkerra y Herri Batasuna por el pago de las fianzas

, "Provocación insólita", "acto de piratería", "chapuza política", "ejemplo de deshonestidad" fueron algunos de los epítetos utilizados por los dirigentes de Herri Batasuna (HB) para expresar la opinión que les merecía la iniciativa de Euskadiko Ezkerra (EE) de pagar las fianzas que han permitido salir de prisión a algunos cargos electos de la coalición abertzale. Mario Onaindía consideró, por su parte, que la iniciativa de EE ha servido "al menos para dejar claro quienes están porque no haya presos y quienes desean todo lo contrario". Ambas fuerzas políticas expresaron sus respectivos puntos de vista en sendas conferencias de Prensa celebradas ayer en Bilbao.

Entretanto, en la tarde de ayer fueron liberados los cuatro cargos electos de HB que permanecían en la prisión de Nanclares de Oca (Alava) y los tres que estaban en Martutene (Guipuzcoa). Los primeros son José Javier Pérez de Heredia e Ignacio Ruiz de Pinedo, diputados del Parlamento autónomo, y los concejales de Vitoria Guillermo Perez López de Letona y Severiano Rodríguez de Yurre, y los segundos el senador Miguel Castell, el diputado Antton Ibarguren y el juntero de Guipuzcoa Juan Bautista Eizaguirre.Txomin Ziluaga, uno de los tres dirigentes de HB que habían sido puestos en libertad la víspera, interpretó el gesto de quienes pagaron su fianza como un efecto "de la falta de prestigio y credibilidad de Euskadiko Ezkerra ante el pueblo vasco, agudizada con el fracaso estrepitoso de su fusión con el PCE". Su compañero Santiago Brouard, liberado en idénticas circunstancias, reivindicó el "derecho a la libertad de expresión que utilizamos en Guernica durante la visita del Rey" y opinó que "pagar significa reconocer que aquel acto fue punible". Por ello, la actitud de EE es "comparable a la de quien obliga a comer a una persona que se mantiene en huelga de hambre voluntariamente".

Mario Onaindía respondería a tales opiniones con una parábola: "Es como si una persona ve a un cojo pidiendo limosna y al acercarse percibe que en realidad tiene la pierna atada con una cuerda. Nosotros hemos desatado la cuerda del cojo para que pueda andar como los demás y su respuesta ha sido acusarnos de haberle estropeado el negocio".

Más allá de los insultos y reproches personales, Jon Idigoras había acusado a EE de pretender "paralizar la campaña de protesta iniciada por Herri Batasuna por el escándalo que en toda Europa suponía el encarcelamiento de parlamentarios electos". Onaindía respondería que, por el contrario, su partido se había "limitado a responder al llamamiento de solidaridad realizado por HB a raíz de las detenciones", que incluía el emplazamiento concreto a que "las instituciones y las fuerzas políticas se pronunciasen sobre el hecho. Nosotros hemos pensado que no era suficiente con un comunicado de solidaridad y nos hemos decidido por un acto solidario concreto".

Un favor a Rosón

Sin embargo, la principal acusación de los dirigentes de Herri Batasuna se refirió al "favor que EE ha hecho a Rosón, ofreciéndole una salida ante el grave problema internacional que suponía mantener en prisión a unos cargos electos". Negó tal hipótesis Onaindía diciendo que "si Rosón no quería ver encarcelados a los de HB le bastaba con no haberlos hecho encarcelar". Su compañero Javier Markiegi, que fue quien hizo efectivas las fianzas, añadió que el fondo de la cuestión era que "mientras unos nos empeñamos en avanzar hacia la normalización política y el afianzamiento de la democracia, otros sostenien la tesis de que cuanto peor, mejor, y dirigen todos sus esfuerzos a acreditar la idea de que aquí nada ha cambiado, olvidando que, por ejemplo, en los años de la dictadura no bastaba con pagar diez mil duros para evitar ir a la cárcel.Respecto a si las reacciones producidas entre los dirigentes de HB no ponían en cuestión la oportunidad del gesto de Euskadiko Ezkerra, Markiegi, tras lamentar tales reacciones, insistió en el deseo de su partido de poder "debatir públicamente con HB de la cuestión de los presos vascos y de otros problemas pendientes, como el de la pacificación". Y más allá de "las expresiones insultantes o de este episodio concreto", añadió, "lo que este país necesita es que se rompa la incomunicación actual y Herri Batasuna se avenga a discutir sus planteamientos con las demás fuerzas en el foro que asumió como suyo el pueblo vasco, esto es, el Parlamento autónomo".

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