Juan Gil-Albert se resiste a que su literatura sea su única biografía
El escritor valenciano publica su prosa completa
"Estoy de algún modo en todo lo que escribo, aunque tampoco he querido que mis libros fueran solamente mi historial", expresa el escritor Juan Gil Albert sobre el carácter autobiográfico de su producción literaria. A sus 76 años (nació en 1906, en Alcoy, Alicante), el autor de Crónica general y Valentín está publicando su obra completa en la Fundación Alfonso el Magnánimo, de Valencia. Esta obra está presente en la Feria del Libro que hoy se inaugura en Madrid.La poesía completa de Gil-Albert ya fue editada, el pasado año, en tres volúmenes, por la misma institución. Ahora le ha llegado el turno a la prosa. Por el momento, se han lanzado al mercado los tres primeros volúmenes de un proyecto editorial que puede resultar en unos doce tomos. El tipo de edición elegido es de una gran sencillez. La cubierta recoge una pequeña viñeta, un árbol, diseñado por el pintor y retratista valenciano Luis Massoni. Los cuadernillos de hojas no han sido desbarbados en su parte superior, para invitar al lector a abrir manualmente el libro e ir descubriendo pausadamente su contenido. La editorial no sabe a ciencia cierta cuándo concluirá la edición de la prosa completa de Gil Albert, pues depende del tiempo de publicación de otros libros todavía inéditos del escritor valenciano.
Los tres primeros volúmenes de Obra completa en prosa intercalan la vertiente ensayística con la narrativa y autobiográfica de la prosa gilabertiana, sin respetar un orden cronológico de creación, sino más bien de publicación y difusión. La singular catalogación de la obra de Gil-Albert, medio en prosa, medio en verso, entre la novela y el ensayo, ha hecho que a la hora de su edición completa resulte un friso cultural e histórico del siglo XX variado e interdisciplinar.
"Yo he sido desde el primer momento un escritor, aunque escribiera de temas ajenos", afirma Gil Albert, si se le pregunta sobre influencias de otros escritores en sus primeros libros. Confiesa que dos de sus primeros libros, La fascinación de lo irreal y Vibración de estío, "no los he dado al editor", porque todavía no podía considerarlos creación propia.
Fue escritor desde 1929, año en que escribió su primer libro, con aspiraciones de transmitir por medio de la escritura su vivencia de la creación, del enigma del mundo. "Cuando escribo tengo que recurrir a mí mismo. No me sucede como al novelista que se desdobla y crea un personaje". El primer volumen recoge tres originales de antes de la guerra civil (Cómo pudieron ser, Crónicas para servir al estudio de nuestro tiempo y Gabriel Miró: remembranza) y dos de los años cincuenta escritos durante su exilio interior en Valencia.
"En las crónicas se encuentra el antecedente de mi posterior Crónica general escritas sobre figuras todavía vivas. En cuanto a mis artículos sobre el cine, he añadido una carta abierta dirigida al director Javier Aguirre, en la que le expreso mi visión del cine, que tantas veces le he manifestado directamente en conversaciones".
El volumen segundo marca una clara diferenciación con aquellos originales escritos al calor de la militancia antifascista de los intelectuales de los años treinta, que durante la guerra se congregarían en tomo a la revista Hora de España, de la que Gil Albert fue secretario. "En este tomo, mi obra ya se hace mayor, entra en una especie de madurez. Cuento los años de mí niñez en la finca Montsant, de Játiva, donde recientemente han tomado unas secuencias para la televisión, cuento mi descubrimiento del campo valenciano, entre naranjos y palmeras, cuento la desaparición de mi cuñado. La trama inextricable, escrito en homenaje a Azorín, resultó ser el prime trabajo que publiqué en Revista de Occidente por medio de Laín Entralgo".
Este tomo recoge también el ho menaje a Proust, Concierto en mi menor, y Memorabilia, 1934-1939, libros todos ellos que Gil Albert se editó él mismo en la década de los años sesenta, antes de que el mundo editorial rompiera su marginación voluntaria para iniciar la difusión de sus libros durante la transición democrática.
El volumen tercero remite de nuevo a ensayos sobre fenómenos culturales de primera línea sobre los que el escritor de Alcoy ha querido transmitir sus emociones. Viscontiniana es un, homenaje al realizador italiano.
Este tomo continúa con unas incursiones sobre la cultura espafíola, A propósito del arte, de Andalucía, de Ortega y Gasset y otras cuestiones patrias; un homenaje al estilo plateresco, Genio y figura, y, por último, Los días están contados, "el relato más dramático", según Gil Albert, "de aquellos días que nos traumatizaron a los españoles".
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