La estabilidad de la Hacienda navarra, pendiente de la autopista Pamplona-San Sebastián

Todos los grupos políticos presentes en el Parlamento foral de Navarra, a excepción de Euskadiko Ezkerra, se mostraron favorables a la construcción de la segunda fase de la autopista de Navarra, el tramo Pamplona-San Sebastián, según se puso de manifiesto en el Pleno de la citada cámara legislativa en que se debatió el proyecto de norma sobre construcción, conservación y explotación de la citada segunda fase de la autopista. Estos grupos pusieron como única condición para cometer esta importante obra, capital para evitar la quiebra de la hacienda foral, que la Diputación de Navarra no asuma nuevos avales.

La no construcción de la segunda fase de la autopista de Navarra, supondría colocar a la Hacienda foral en una grave situación económica ya que se vería obligada a renunciar a una infraestructura fundamental para el futuro de la provincia así como paralizar una inversión de unos 25.000 millones de pesetas en el sector de la construcción, a juicio de representantes de la administración navarra.No obstante mostrarse todos favorables a la construcción, el Pleno del Parlamento Foral de Navarra acordó devolver este proyecto a la comisión de Fomento y Ordenación del territorio del Parlamento con el fin de que pudiese ser discutido más ampliamente en comisión. A este acuerdo se opusieron los parlamentarios de UCD, seguidores de Jaime Ignacio del Burgo, quienes pedían que el proyecto fuese devuelto a la Diputación Foral, porque consideraban que éste estaba insuficientemente informado. Sin embargo, matizaron que ellos eran partidarios de realizar esta segunda fase de la autopista.

El diputado ponente de Economía y Hacienda Angel Lasunción, ante la cámara legislativa navarra defendió el proyecto de construcción de esta segunda fase argumentando razones de tipo económico, social y estratégico. Entre las razones económicas destacó la trascendencia que un proyecto de esta naturaleza puede tener para el futuro desarrollo de Navarra.

Este hecho, junto con la creación a corto plazo de unos 1.000 puestos de trabajo directos e indirectos durante la construcción de la segunda fase de la autopista, representan a su juicio razones suficientes para llevar a cabo el proyecto.

Dijo también que todos los estudios económicos realizados llegan a la conclusión de considerar viable la autopista de Navarra siempre y cuando se realice la segunda fase.

En este sentido, Lasunción, se mostró partidario de la concesión administrativa de la segunda fase de la autopista a la actual concesionaria, AUDENASA, que por otra parte a su juicio, tiene un derecho de opción a la misma, y la participación de la administración foral en el capital de dicha concesionaria para garantizar convenientemente los intereses públicos. subyacentes en la cosntrucción.

Posible quiebra

Para Ángel Lasunción las previsiones que servirán de base al plan económico financiero de la concesión de la primera fase de la autopista a AUDENASA se incumplieron y en este sentido una falta de iniciativa de la administración foral respecto a esta segunda fase, abocaría a la concesionaria en un plazo limitado al incumplimiento de las obligaciones y posiblemente a la quiebra."En el caso de una posible quiebra de AUDENASA, la actual concesionaria de la primera fase de la autopista (que costó 21.000 millones de pesetas), la Diputación Foral de Navarra deberá responder frente a los acreedores hasta de 9.000 millones de pesetas por avales prestados en el mercado exterior de capitales y de 6.600 millones, cifra a la que asciende la responsabilidad patrimonial de la Diputación Foral frente a otros acreedores ordinarios o hipotecarios", dijo a EL PAÍS Ángel Lasunción.