Arabia Saudí solicita una 'cumbre' de la Liga Arabe con la participación de Egipto

Las capitales árabes continúan en plena convulsión política, atizada por la celeridad con que se precipitan los acontecimientos en el frente irano-iraquí. Los ministros de Exteriores del Frente de la Firmeza rechazaron ayer la idea de una normalización sin condiciones con Egipto, mientras el jefe de la diplomacia saudí, príncipe lbn Saud Abdelaziz, era esperado anoche en la capital argelina para exponer la necesidad de convocar una cumbre de la Liga Arabe con la presencia de Egipto, destinada a cerrar filas en el mundo musulmán y evitar el contagio de la revolución islámica iraní.

Los jefes de la diplomacia en Argelia, Libia, Siria, Yemen del Sur y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) iniciaron ayer una reunión, en Argel, destinada a analizar la situación del mundo árabe, ante la perspectiva de un cambio político en Bagdad, como consecuencia del avance de las tropas iraníes, y el deseo de los países moderados árabes de normalizar sus relaciones con el régimen egipcio.Paralelamente a esta reunión el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí iniciaba un viaje a Damasco y Argel para hacer comprender la necesidad de incluir a Egipto en el seno del mundo árabe y denunciar a Irán por su intención de abrir una brecha en las filas árabes.

Una fuente autorizada de la delegación palestina señalaba anoche a este corresponsal que jamás el mundo árabe se había enfrentado a una situación tan compleja y llena de implicaciones colaterales, en la medida en que al tema principal, constituido por la necesidad de apoyar la causa de los palestinos y neutralizar las maniobras de Estados Unidos e Israel, se ha unido la eventualidad de un derrocamiento del régimen iraquí de Saddam Hussein, el deseo del baath sirio de utilizar la brecha creada por el conflicto irano-iraquí para influir en la política iraquí y la voluntad de Arabia Saudí de poner en juego su poderío financiero para detener la influencia de la revolución islámica iraní en la zona estratégica del golfo Pérsico.

"El mundo árabe vive horas decisivas para su cohesión y su propia estabilidad, pues el próximo desenlace de la guerra irano-iraquí introduce un nuevo motivo de preocupación, no compartido por todas las capitales árabes con la misma intensidad", aseguraba un diplomático árabe en Argel.

El Frente de la Firmeza es partidario de imponer condiciones al restablecimiento de relaciones con Egipto, entre las que figura, por supuesto, el obtener del régimen de Mubarak el compromiso de no influir en los acontecimientos irano-iraquíes ni instituirse en nuevo gendarme del golfo Pérsico, como desearían los saudíes. La delegación libia no ocultaba ayer su satisfacción por la derrota iraquí y hacía votos por la aparición en Bagdad de un régimen más radical.