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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Cela y TVE

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La otra noche, como ustedes vieron, salió Cela por la teletonta enfrentado a cuatro ilustres periodistas. El pentálogo resultó mal porque la televisión no puede entender a un hombre que, como dijo Borges de Quevedo, más o menos es, antes que tal hombre, una vasta y compleja literatura.No voy a defender a Camilo claro, que eso estaría entre la inge nuidad y el matonismo. Se me ha pasado la edad, como él mismo di ría. Aparte de que Camilo sabe defenderse solo, incluso a tortas, como contó a sus pentalogantes. Pero es que nunca he visto tan claro el enfrentamiento, el desentendimiento irremediable entre litera tura y televisión. La televisión es un medio ágrafo y eficaz que tiene poco que ver (y que me disculpe el lúcido/centrífugo Juan Cueto) con las "combinaciones eléctricas de palabras", que dijo Ortega, con "los incendios en los matorrales del idioma", que dijera Sartre. Ya me duele más que cuatro grandes profesionales y compañeros le hab,lasen a Camilo desde la televisión (cualquier televisión), poseídos por ella, y no desde la literatura. Jaime Campmany se afanó, con ingenua sutileza, en vincular al escritor con el desaparecido Aniba. Pedro Rodríguez le preguntó por esa vulgaridad de "ponerse las botas", y ni siquiera pareció enterarse cuando Camilo le preguntó qué significaba tal expresión, rechazando así dignamente el uso de la frase hecha. (CJC utiliza literariamente las frases hechas, con distanciamiento e ironía). Pedro Crespo le sacó el- tema del erotismo como negocio, jugando a reportero audaz, cuando Pedro Crespo tiene tan felizmente superado ese bachillerato del periodista.

Sólo Manuel Alcántara (en quien tanto quiero) se propuso elevar el pentálogo a un nivel literario. Por los pasillos de TVE, otro reportero le había preguntado a Camilo qué opinaba del. "techo cultural" de la democracia, y Camíno contuvo su ira para preguntar qué era eso del techo. Una gilipollez político/informática, hermano Camilo. Los escritores britanizantes, anticasticistas, venecianos y cultistas no leen a Camilo (me lo confesaba un día, en La Zarzuela, el príncipe de todos ellos) porque creen que es un costumbrista o cosa así. Pero CJC es lo mismo que ellos y sus modelos (y nuestros) son o quieren ser: literatura en estado puro. CJC no cuenta nada, jamás ha contado nada (por eso dudo del éxito cinematográfico de La Colmena). Sus historias de España no son sino la rueca donde teje poco a poco el copo de la pura literatura, el cómo sin el qué, cual diría Lázaro Carreter. Con distintos lenguajes, están haciendo, los jóvenes y carrozas con trenka, los mismo que CJC: lo mismo que Conrad, Quevedo, Borges, García Márquez: "esculturas léxicas", como decía el recientemente fallecido Peter Weis (me lo dijo en Eátocolmo, frente a su pintura abstracta impresentable). A La Colmena he tenido que meterle un,guión Díbildos. García Márquez dijo una vez que ningún cineasta le estropearía Cien años de soledad. Visconti se murió a tiempo de no destruir a Proust, después de haber destruido a Thomas Mann con su Muerte en Venecia. Veo por las casas que la gente lee la versión teatral de Cinco horas con Mario, de Delibes, en lugar de la hermosa novela. Los cuatro grandes profesionales del programa que digo, mostraron ignorar la naturaleza específicamente literaria de Cela, aun siendo amigos suyos personales, algunos. Cela da siempre un recital/Cela como Yebudi Menuhin da un recital/Yehudi Menuhin, y no se le puede interrumbir el violín con una pregunta sobre las Malvinas.

Se puede gustar o no gustar del recital/Cela o Menuffin. Lo que no se puede es trocearle continuamente con preguntas avispadas. CJC, por ser única y radicalmente literatura, quedó mal en TVE. O TVE quedó mal en Cela. Irreconciliables. La literatura es una mass/media que se sacó Homero.

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