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Tribuna
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UCD y el cambio necesario

Los andaluces votarán mañana su destino para los próximos cuatro años. En la reflexión que, estoy seguro, ha precedido a este momento histórico, mis paisanos han decidido votar por el cambio necesario.

El andaluz se ha equivocado pocas veces en su historia, aunque es verdad que en muy pocas ocasiones ha tenido la oportunidad de trasladar su buen juicio a la gobernabilidad de sus asuntos diarios. Pero el andaluz no ha perdido la esperanza, y en esta fecha del 23 de mayo, sabe que sus anhelos y aspiraciones están más cerca que nunca de convertirse en realidad.

Por eso yo estoy seguro de que, cuando acabe la jornada de mañana, mi tierra habrá escogido el camino de ese cambio necesario que exigen su economía, su política y su vida en sociedad. Estará en vías de colocarse regionalmente en el lugar preponderante y decisorio que le corresponde dentro del Estado español.

Andalucía, frente a lo que creen aquellos políticos dogmáticos de la izquierda o de la derecha, no se deja engañar fácilmente, y sobre todo, no se deja doblegar por imposiciones administrativas o ideológicas que no van con su temperamento. Un pueblo que ha forjado su filosofía de vida con el enriquecimiento que le ha producido su convivencia con prácticamente todas las civilizaciones de Occidente tiene una personalidad muy sui géneris.

Esperanza y libertad

El pueblo andaluz no ha perdido la esperanza, decía antes, pero tampoco ha perdido nunca la libertad. No la habrá podido ejercer siempre, pero la tiene muy grabada en el fondo de su ser. Mi pueblo no acepta ni falsas libertades ni libertades a medias. En una palabra y para usar una expresión castiza "no se deja meter en un puño ni se deja meter en cintura".

Andalucía conoce sus limitaciones y no escatima esfuerzo cuando sabe que está bien dirigida y cuan do siente el apoyo y la ayuda que recibe de fuera. Es una tierra resignada, pero no apática. Ha dado su confianza en muchas ocasiones a personas que no han sabido aprovechar el enorme caudal de trabajo e iniciativa de sus gentes. Concretamente, está frustrada en estos momentos porque en una de las últimas ocasiones que ha hecho esto, con los ayuntamientos y diputaciones de izquierda, ha visto empeorada su situación en los gobiernos municipales.

Experimentos con las libertades

Los andaluces no quieren experimentos con sus libertades. Quieren la libertad de la paz y del orden, pero no quieren, como creen los políticos de la derecha, contar con una paz y un orden sin libertad. No desean seguir dominados, como lo están últimamente a nivel local, por personas que piensan más en subdesarrollo, en enfrentamientos y en posiciones tercermundistas.

Andalucía representa el 17,3% del territorio de esa España que ha escogido desde el comienzo de la democracia, bajo la dirección de nuestro Rey y de los hombres que han hecho posible la transición, la vía de la modernización y de la integración en las estructuras económicas, políticas y defensivas de la Europa occidental.

La opción de gobierno que yo represento en estas elecciones, la de Unión de Centro Democrático, ha elaborado un programa realista de las necesidades que hay que cubrir en los próximos cuatro años de esta primera andadura autonómica andaluza. Todos los aspectos administrativos, económicos, sociales, del modelo de sociedad que desean los andaluces están plenamente cubiertos. Los hombres y mujeres que me acompañan en las ocho provincias son 109 andaluces de verdad, capaces y honestos. Con ellos y nuestro programa, sus paisanos pueden confiar en que el camino que todos vamos a emprender juntos a partir de hoy no va a ser un camino fácil, paro sí coherente y realista, y sobre todo, de progreso constante en libertad y en exigencia.

Luis Merino es candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía por Unión de Centro Democrático.

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