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El antiguo dueño de la Virgen de las lágrimas considera que la imagen ha sido manipulada

"Yo no digo quién ni quiero acusar a nadie, pero está claro que la imagen ha sido manipulada", declaró ayer en Granada el antiguo propietario de la imagen de la Virgen de las Lágrimas, imagen que el pasado jueves amaneció, en la basílica de San Juan de Dios, con varias manchas rojas en el rostro, con apariencia de lágrimas de sangre coagulada.

Con una lupa de mediano aumento, Modesto Velasco, cabo de la Policía Nacional, intentó demostrar en la redacción de Diarío de Granada, comparando varias fotografías y diapositivas tomadas hace varios años y otras de la actualidad, que la cara de la Virgen había sido manipulada. La diferencia. fundamental entre las fotografias de una época y otra radica en el brillo que se aprecia ahora en los párpados de la imagen y que, según el antiguo propietario de la misma, podría responder a un tratamiento con algún tipo de laca.Velasco Puertas insistió, asimismo, en que los surcos de las supuestas lágrimas de sangre no salen directamente del lagrimas del ojo. "Por supuesto que esta es mi opinión particular", dijo, "pero creo, que la Virgen no es idéntica a la que tantos años he tenido yo en mi casa".

El padre Ernesto Ruiz, superior de la orden de San Juan de Dios, ha declarado, por su parte, que no concede de momento ningún valor espiritual o milagroso al fenómeno ocurrido con la Virgen de las Lágrimas. "Probablemente, se trate de una manipulación realizada por alguien" manifestó.

Siguen las colas

Mientras tanto, la afluencia de público a la Iglesia continúa siendo númerosa, si bien no alcanza ya la mitad de personas de los dos primeros días. Hasta el momento, se calcula que han sido unas 70.000 personas las que han pasado por delante de la ornacina de la Virgen, que aparece adornada con múltiples joyas.El arzobispo de Granda, monseñor Méndez Assensio, no ha acudido aún a observar el fenómeno ni ha vuelto a hacer declaraciones, después de publicar su primera y prudente nota oficial sobre el hecho.

Otros observadores han hecho notar el detalle de que las lágrimas aparecieran ya secas el jueves por la mañana y desde entonces no se han movido ni un solo milímetro. Según distintos médicos consultados al respecto, resulta prácticamente imposible que una gota de sangre del volumen de las que aparecieron sobre el rostro de la Virgen granadina llegue a coagularse en el corto tiempo necesario para rodar por la mejilla, sin caer más abajo.

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