El golpe del 23-F
Jamás había sentido tanto asco y repugnancia, aparte del golpe del 23-F, cuando, al leer los periódicos, EL PAÍS entre ellos, y con motivo de las informaciones diarias del juicio contra los golpistas del golpe de Estado, golpe y no otra definición, es lo que vimos y padecimos todos los españoles sencillos y que amamos tanto a España como los defensores, acusados y, por si fuera poco, los codefensores. No voy contra la clase militar, sino contra algunos militares que defienden su honor, no a España.A España se la defiende de otra manera, aceptando la democracia votada por el pueblo y respaldada por su majestad el Rey, que es de todos los españoles, menos para los golpistas, algún que otro defensor y codefensores.
Las informaciones periodísticas, gracias a Dios que tenemos una Prensa que, salvo excepciones de los periodistas ultras, es veraz y ecuánime, no está manipulada ni por partidos políticos ni por el dinero de otros países, sino por el dinero de todos los españoles que los compran.
Lo que se lee del juicio militar sobre la salvación de España, el honor de unos militares que quieren involucrar al Rey, jefe de las Fuerzas Armadas, es asqueroso; todos quieren salir airosos cuando, ante el pueblo sencillo, que nutre las filas de sus soldados rasos, se echan las culpas unos a otros. No entiendo ese honor. Si les salió mal, que cargen con sus culpas y que piensen que esta Constitución ha abolido la pena de muerte, para su suerte.
Echar la culpa de la situación de España a la Prensa y otros medios de difusión son ganas de decir tonterías, ¿o es que sólo son valederos El Alcázar y El Heraldo Español?
La Prensa no entró en el Congreso disparando ráfagas de metralleta ni secuestró a los diputados y al Gobierno fueron sus defendidos, señores defensores y codefensores.
Gracias a la Prensa, la radio y la televisión, , vimos todo el honor de los que se sientan en los sillones de los acusados; por eso, lo del servicio, el deber, a mí me suena a chirigota.
Ya está bien de querer salvarnos, ya nos salvaron el año 1936, y ya nos quieren salvar otra vez. Son demasiados privilegios los que el anterior régimen les concedió para poder sentimos partícipes de sus aventuras, incluyendo el intento de zancadillear al teniente general Gutiérrez Mellado por un golpista./
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