El presidente de la CEOE califica de 'franquistas' a quienes consideran inadmisible la campaña empresarial

La ofensiva de la organización patronal contra la izquierda, y particularmente contra el PSOE, está provocando durísimos enfrentamientos en la campaña electoral de Andalucía. Carlos Ferrer Salat, presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE), calificó ayer de franquistas a quienes consideran inadmisible la participación directa de la patronal en la campaña, mientras el secretario general del PSOE andaluz, José Rodríguez de la Borbolla, comparó los métodos de la patronal con los de Goebbels, ministro de propaganda de Hitler.

Rafael Escuredo, candidato socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía, ratificó ayer su oferta de pacto social y aseguró que su partido había recibido centenares de cartas y telegramas de pequeños y medianos empresarios que están en total desacuerdo con la campaña publicitaria de la Confederación de Empresarios de Andalucía. Además de la denuncia de socialistas y comunistas en la Junta Electoral Central -que se reunirá hoy- el PCA decidió acudir a los juzgados de cada provincia en la que se publique el anuncio de La manzana y el gusano, prohibido por un juez sevillano (Véase EL PAÍS de ayer)."La inmensa mayoría de los empresarios, andaluces", declaró Escuredo, "saben que, en caso de un triunfo socialista el 23 de mayo, tienen las puertas abiertas en el Gobierno autónomo para participar en el desarrollo de Andalucía". Asimismo subrayó que es la cúpula de la CEA la que va a quedar descalificada con esta campaña, ya que la mayor parte de los empresarios son partidarios de una política de entendimiento y diálogo.

En apoyo de sus palabras -informa nuestro corresponsal, - el candidato del PSOE aseguró que este partido ha recibido cientos de mensajes patronales en desacuerdo con la campaña de la CEA y que algunos dirigentes de esta organización (Escuredo no llegó a ofrecer nombre concretos) "han llegado a presentar su dimisión por este motivo", aunque se les ha obligado a aplazarla hasta el 24 de mayo. Los resultados de esta campaña tan agresiva, "que recuerda periodos dramáticos de nuestra historia", van a ser catastróficos, en opinión de Escuredo, quien dijo que probablemente los sectores conservadores se abstendrán de acudir a las urnas el día 23.

Rafael Escuredo prometió que, si hay un gobierno autónomo socialista, al día siguiente de su formación llamará a todos los sectores económicos y sociales de la región para negociar un compromiso de desarrollo económico y paz social en el futuro.

Desorientación

Por su parte, el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, declaró ayer en Almería que quienes consideran inadmisible una campaña de los empresarios en estas elecciones "están jugando al franquismo", informa nuestro enviado especial a dicha ciudad, "Aquí sólo estamos empezando a vivir la democracia", dijo Ferrer Salat, "y algunos parecen desorientados. Antes, sólo los políticos podían emitir opiniones políticas. La fuerza de una democracia está en que cualquiera pueda hacer expresión de sus ideas, en beneficio de una mayor claridad. Los que se espantan de que estemos interviniendo en la campaña están jugando al franquismo. Ignoran que la fuerza de una democracia está en la participación. Una democracia se cae cuando el pueblo y las asociaciones ciudadanas se desconectan de la clase política". En la misma línea criticó el propósito, anunciado por Nicolás Redondo, de convertir en obligatoria la sindicación, lo cual comparó al sindicato vertical.

Del anuncio retirado por el juzgado de Sevilla (el logotipo del PSOE en el que se sustituye la flor por una manzana, de la que surge un gusano) admitió que el gusano representa el PCE y todo el conjunto al pacto de la izquierda en Asturias. Insistió en que, por más que los socialistas lo nieguen, esperan un pacto de izquierda y destacó que Mitterrand no habló en su campaña del pacto con los comunistas, pero que ahora tiene cuatro ministros comunistas.

También calificó a la Seguridad Social de máquina de destrucción de empleo e insinuó la posibilidad de que la inversión se retraiga en Andalucía si triunfa la izquierda.