Tácticas antiterroristas
Reconozco que la labor de prevención del terrorismo es ingrata y poco lucida. Nos enteramos en seguida de los muertos, pero no de los que no murieron gracias a las medidas adoptadas, medidas que, obviamente, no pueden ser de conocimiento público. Sabemos también que la habituación al peligro, como sucede a las Fuerzas de Orden Público en el País Vasco, hace aflojar las medidas de defensa pese a las órdenes que puedan impartirse de las jefaturas. Sin embargo, una y otra vez nos encontramos con esas muertes de policías y guardias civiles que siempre son sorprendidos comiendo alegremente en un restaurante, todos juntos y sin vigilancia alguna, o muertos a la puerta de la casacuartel o haciendo la ronda en parejas, y no uno por un lado de la calle y otro por el contrario, como debería ser. Y cuando de objetivos valiosos se trata, siempre se detecta una escasez de medios de defensa completamente inadecuados a la importancia de las instalaciones a vigilar.Cuando se produjo el robo de los 6.000 kilos de Goma 2 en un depósito sito en el País Vasco, un periódico tituló su crónica, sarcásticamente: "El inspector Clouseau, contra ETA". Parece que en la voladura de la central telefónica de Ríos Rosas ha vuelto a tener que ver el citado inspector.
Puede parecer petulante que un ciudadano dé consejos sobre el mejor modo de vigilar unas instalaciones o repeler una agresión, pero todavía hay muchos españoles que hicieron la guerra y que saben que es elemental:
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Viene de la página 111. Que las fuerzas que patrullan no vayan juntas, sino separadas.
2. Que un centinela no puede estar a cuerpo descubierto.
3. Que cuando alguien está en una misión de defensa debe haber un compañero que le cubra.
4. Que la comunicación radiada es elemental para alertar a las Fuerzas Armadas.
En nuestro panorama terrorista resulta que nunca hay quien dé rápida información sobre el atentado y el coche en el que los terroristas huyen. Nunca hay quien repela un ataque -es tan importante evitar las agresiones como herir o detener a los agresores-. Nunca hay un guardia que vigile desde lejos a los que están comiendo en un bar o en la barra.. Nunca se hacen las rondas situando a ambos policías en aceras distintas. Siempre se comportan cándidamente las fuerzas eticargadas de custodiar edificios o instalaciones, dando entrada en ellas a cualquiera que viene. Creemos que un poco de cuidado en esto ahorraría muchas vidas, y haría más eficaz la lucha contra el terrorismo. /