Unas 20.000 personas se manifestaron ayer en Bilbao en protesta por el asesinato de Angel Pascual
La manifestación convocada en Bilbao contra el terrorismo por todos los partidos parlamentarios vascos, excepto Herri Batasuna, junto a las centrales sindicales CC OO y UGT, congregó ayer a unas 20.000 personas, 50.000 según el Gobierno Civil y 70.000 para la Policía Municipal, que recorrieron las calles más céntricas de la ciudad en señal de protesta por el asesinato del ingeniero de Lemóniz, Angel Pascual, a manos de la organización terrorista ETA Militar. El acto transcurrió con absoluta normalidad y en medio de un impresionante silencio.
Aunque los participantes inciciaron su recorrido formando bloques muy separados, la manifestación resultó mucho menos nutrida que la realizada el pasado año con motivo del asesinato por ETAm del ingeniero José María Ryan, calificada entonces como "la mayor de los últimos tiempos" en la que se tasó la cifra de 100.000 participantes. En el grupo mayoritario, que era el del PNV, se pudieron contar alrededor de 10.000 personas.Herri Batasuna, que no participó. en la manifestación, se limitó a dar a conocer un comunicado en el que responsabilizaba al Gobierno Vasco "por el engaño de que ha hecho víctimas a los técnicos de la central nuclear de Lemóniz, al asegurarles la existencia de un pacto a cuatro bandas, en el que se incluía también a ETA, para que los técnicos de Iberduero depusieran su actitud de negarse a trabajar en dicha central, en tanto no existiera un pronunciamiento del pueblo vasco favorable a la misma".
Por su parte, el Gobierno Vasco desmentía a la coalición abertzale en los siguientes términos: "Es necesario denunciar enérgicamente la inmoralidad con que Herri Batasuna pretende manipular los efectos del asesinato de don Angel Pascual, distrayendo únicamente la atención del crimen de ETA a través de infundios y acusaciones a instituciones y partidos".
La comitiva iba encabezada por una pancarta sostenida por representantes de los partidos políticos convocantes, en la que se podía leer el lema unitario: "Democracia e instituciones siempre, dictadura y terrorismo nunca". Inmediatamente después de una gran ikurriña desfilaba el lendakari Carlos Garaikoetxea, en compañía del Gobierno vasco en pleno. En las filas posteriores, toda la representación parlamentaria junto a los cabezas visibles de las diputaciones forales.
El bloque del partido mayoritario en la manifestación iba encabezado por el Consejo Nacional del PNV, con el ex lendakari Jesús María de Leizaola y Javier Arzallus, entre otros. En la comitiva compuesta por el Partido Socialista de Euskadi se apreciaba una gran pancarta roja, en la que se leía: "No más ETA". Inmediatamente después, los representantes socialistas Ramón Rubial, Enrique Múgica Herzog y Ricardo García Damborenea sostenían, junto a otros, una gran pancarta roja, sin otro distintivo que un crespón negro, en señal de duelo.
Una gran bandera roja y gualda, que lucía el escudo de España, era portada por los máximos representantes de Unión de Centro Democrático y Alianza Popular. Inmediatamente después de la pancarta de UCD se pudo apreciar la presencia del delegado del Gobierno en el País Vasco y presidente del partido centrista, Marcelino Oreja.
Aunque Euskadiko Ezkerra había anunciado en un principio que acudiría a la manifestación para realizar el mismo itinerario, pero en el último bloque, el grupo del mencionado partido apareció perfectamente integrado en el desfile. Mario Onaindía y Roberto Letxundi, entre otros, portaban una pancarta en la que se distinguía una consigna diferente a la unitaria.
El hecho de que Alianza Popular se adhiriera a la manifestación a última hora provocó que Euskadiko Ezkerra realizase una convocatoria con un contenido distinto al unitario. De hecho, en su pancarta se podía leer: "Por Euskadi, por la democracia, contra la violencia, Lemóniz referéndum". Las alusiones a la consulta popular aparecían en pegatinas que lucían los militantes del mencionado partido.
Minutos antes de que finaliza se el recorrido se produjeron al gunos incidentes, protagonizados entre observadores de la izquierda abertzale radical y algu nos manifestantes. Cuando los jóvenes que estaban apostados en una de las calles del Casco Viejo de la ciudad comenzaron a proferir gritos en favor de ETA Militar y de la libertad de los presos políticos, fueron contestados por algunos participantes en la marcha con el grito de "asesinos".
Los manifestantes, después de que hubieron cantado el Euskogudariak (himno del soldado vasco) y los integrantes del bloque de EE hubieron entonado la Internacional, se disolvieron sin que se produjeran incidentes.
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