La Junta de Asturias

Como asturiano que procura estar al tanto de la vida política regional y nacional, cuando menos, me han sorprendido algunas valoraciones sobre la elección de la Junta de Gobierno de nuestro principado. Es que me parecen fruto del desconocimiento o de la distorsión más interesada de la realidad política asturiana. Todo ello a causa, sin duda, del poco peso político que nuestra región supone en el contexto autonómico. Así lo dernuestra el poco interés de los grandes, UCD y PSOE, en buscar una salida a la situación en que abocó la constitución de la asamblea o junta general del principado, primero, y su Gobierno, después.En el manejo traumático, al parecer, hecho de que en nuestro Gobierno autonómico participe el PCA no he leído más que alusiones a imagen, repercusiones en Andalucía o el Estado, división en bloques y no sé qué de un frente popular. Nada, pero nada, de la idoneidad política o técnica de los ministrinos.

Que al PCA no se le dé mas de lo que representa hoy en Asturias. Y representa, según las elecciones libres, un diputado en Cortes, siete alcaldes, concejales en prácticamente todos los ayuntamientos, cinco diputados en la extinta Diputación, siete parlamentarios regionales, todo ello consecuencia de recibir un voto por cada siete de los emitidos por los asturianos. Al PCA no se le da una cartera; se le mantiene la misma que ostentó los tres años de preautonomía. Sin olvidar que durante dos años también tuvo otra.

De nuevo los grandes, PSOE y UCD, parecen no saber qué hacer con las responsabilidades que se les vienen encima. Nuestra transición autonómica no padeció crispaciones y gozó de un clima de moderación política. Ahora parece irse todo al traste en aras del electoralismo más rastrero. /